Un brote de COVID-19 en Alemania está obligando a las plantas empacadoras de carne a revisar los riesgos de infección planteados por sus sistemas de enfriamiento, colocando a la industria en el extremo de las crecientes preocupaciones mundiales sobre la transmisión del coronavirus en el aire.
Toennies, un matadero y productor de carne, cerró una de sus plantas en el oeste de Alemania en junio después de que se descubriera que más de 1.500 trabajadores estaban infectados con el virus.
Tuvo que instalar filtros HEPA de alta eficiencia típicamente utilizados en hospitales y en aviones antes de poder volver a abrir el viernes.
Ahora planea modernizar sus otros sitios. "Anticipamos que las autoridades emitirán esto como un requisito para toda la industria", dijo un portavoz.
Las bajas temperaturas, que generalmente permiten que los virus sobrevivan en el aire por más tiempo, y las condiciones de trabajo abarrotadas han convertido a las plantas empacadoras de carne en puntos calientes de coronavirus globales.
Para mantener las temperaturas entre 6 y 10 grados centígrados (43-50 ° F), los sistemas de ventilación extraen el aire de las salas de envasado de carne y lo enfrían antes de bombearlo nuevamente, lo que aumenta el riesgo de propagación de gotas cargadas de virus.
La Organización Mundial de la Salud emitió la semana pasada nuevas pautas sobre la transmisión del virus en el aire, con su liderazgo técnico en la pandemia diciendo que las gotas parecían ser la ruta de infección más común.
El organismo de salud pública de la UE está evaluando los riesgos planteados por los sistemas de ventilación en el lugar de trabajo, mientras que el Ministro de Agricultura de Alemania también ha pedido a otras industrias que operan a bajas temperaturas, como las lecherías y el procesamiento de pescado, que realicen evaluaciones.
Hay cerca de 1.500 plantas de producción de carne en Alemania, según la Oficina Federal de Estadística.
