Miles de liebres y conejos domésticos en Estados Unidos y México murieron tras contraer la enfermedad hemorrágica vírica del conejo tipo 2, o RHDV2, que actúa de forma similar al ébola. Hasta el momento no representa un peligro para las personas.
«Alguien los vio sufriendo espasmos y gritando. Intentamos hacerles la reanimación cardiopulmonar, pero los conejos murieron en cuestión de minutos. Se convulsionaban, gritaban horriblemente y morían», contó la veterinaria del Centro de Medicina Aviar y Exótica de Nueva York, Lorelei D'Avolio, a la publicación The Cut.
Se trata de un virus cuyo período de incubación dura cerca de tres días y, hasta el momento, el único síntoma identificado es la falta de apetito y energía en los animales. Sin embargo, durante ese periodo ataca las células del hígado del conejo contagiado, causando una hepatitis, y lesiona otros órganos, como el corazón y los pulmones. En su etapa final causa una hemorragia interna.
Como resultado, cerca del 90 % de los conejos que la contraen mueren, precisa el Departamento de Agricultura de California. Mientras que los que logran sobrevivir se convierten en ‘bombas biológicas', ya que conservando la capacidad de transmitir el virus durante dos meses.
«Nos referimos a ella como ‘el ébola de los conejos», describe la veterinaria Amanda Jones.
Este virus lo detectó el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, específicamente en Arizona, California, Colorado, Nevada, Nuevo México, Utah y Texas.
Asimismo, más de 100 casos se han detectados en siete localidades del norte de México, según la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural de ese país: se trata de Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Coahuila, Durango, Sonora y Zacatecas.
Antes de estos nuevos casos, el RHDV2 se detectó en el país del norte en tres ocasiones, pero esta es la primera que afecta no solo a mascotas, sino también a conejos, picas y liebres salvajes.
Se trata de un virus nuevo, ya que el RHDV de tipo 1, fue descubierto por primera vez en China en 1984, mientras que la enfermedad causada por el tipo 2 fue detectado por primera vez en Francia, en 2010.
Según el Departamento de Agricultura estadounidense, la RHDV2 se trasmite por vía oral, nasal y parenteral (este último término incluye cualquier vía excepto la digestiva), y puede permanecer durante 90 días en el cuerpo de un animal en la naturaleza y hasta 105 días, en estado seco, en tejido a temperatura ambiente.
A diferencia de la RHDV1, «es mucho más persistente y más infecciosa que el Covid-19", advierte la veterinaria D'Avolio y agrega que: "es resistente a temperaturas extremas y puede ser transmitida por insectos y cadáveres. Puede propagarse por el agua y mediante los zapatos», explica.
Algunos investigadores suponen que el virus logró evolucionar y otros creen que se trata de dos virus de origen independiente.
La infección no es peligrosa para los humanos ni otros animales excepto los conejos y sus parientes más cercanos. No obstante, puede acabar con un gran número de mascotas y dañar la economía, amenazando con aniquilar las poblaciones de granjas de conejos contagiadas.
«Había una persona que tenía 200 conejos y los perdió todos entre un viernes por la tarde y un domingo por la noche. El RHDV2 simplemente pasó y los mató a todos», manifiesta el veterinario Ralph Zimmerman, de Nuevo México.
Actualmente existen dos vacunas contra la RHDV2, una española y otra francesa, pero como en Estados Unidos la infección está calificada como «enfermedad extranjera», la adquisición de esos fármacos se ve dificultada por los trámites burocráticos, por lo que se espera que a finales de este año esté lista una vacuna estadounidense.