Casi un centenar de religiosos provenientes de Israel que trabajan en seis plantas de diferentes provincias: La Anónima (Salto, BA), Friar (Nelson y Reconquista, ambas en SF), Swift (Venado Tuerto, SF) que así reiniciará actividades, Black Bamboo (Hughes, SF) y Marfrig (Villa Mercedes, SL).
Desde hace un mes, otras cinco plantas venían trabajando con esa certificación, utilizando a los únicos matarifes argentinos habilitados por Israel, que estaban trabajando en Azul, Gorina, Ecocarnes, Ciaber y Federal, todas en la provincia de Buenos Aires. Otras dos plantas están ultimando detalles para recibir a sendos equipos. Son las de Carnes Pampeanas (LP) y Alberdi (ER).
En general, los contratos con los importadores israelíes implican unas 300 toneladas de cortes deshuesados del delantero por planta y por mes.
El canciller Felipe Solá, en declaraciones a La Red, el domingo había adelantado que "organizamos un vuelo con rabinos que se encargan de matar al animal en un rito religioso antiquísimo. La carne no es distinta, pero tiene una serie de obligaciones rituales, como por ejemplo que el animal quede todo desangrado. Israel paga mejor la carne argentina que el promedio del mundo y queremos mantener ese mercado y que no se quede sin trabajo el personal de esas plantas".
De acuerdo con cifras del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina, los envíos de carne vacuna en 2019 alcanzaron las 23.727 toneladas, un 20 por ciento por encima de las registradas el año anterior. Las ventas del año pasado significaron 6.810 millones de dólares.