Antes del final de 2019, la industria frigorífica de Argentina, principalmente la que se enfoca a la exportación, comenzó a sufrir una serie de inconvenientes. En diciembre el Gobierno chino intervino en las importaciones para frenar la inflación que derivó en la renegociación de contratos.
Ya en este año apareció el coronavirus (COVID-19) que terminó de paralizar todo. Argentina cerró el año pasado con un récord en exportaciones de carne vacuna que sumaron cerca de 750 mil toneladas por más de 3.000 millones de dólares.
El presente que transcurren ahora los frigoríficos lo describió Daniel Urcía, vicepresidente de la Federación de Industrias Frigoríficas Regionales (Fifra). "Hay que pensar el impacto puertas adentro. Nos reunimos con el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, y le planteamos que si hay una persona enferma es probable que haya que parar el frigorífico, donde se concentran 100, 200 y hasta mil personas", y resaltó que "si paramos el tema es como vamos a afrontar los salarios. Cuando no se pueden generar los ingresos estamos en un problema".
El freno generó inconvenientes de tipo financiero ya que muchas empresas se vieron obligadas a seguir produciendo y a conservar en cámaras propias o de terceros el producto a la espera de que todo se restablezca.
Pero el virus, que se expandió al resto del planeta, no sólo tuvo efecto cascada en las ventas, ahora en el sector hay temor a que se puedan registrar pérdidas económicas que paralicen la actividad local.
En países donde la enfermedad está haciendo estragos sanitarios y económicos el Estado, el sistema económico y bancario cuenta con herramientas para que el golpe no sea tan fuerte pero: "Acá no hay acceso al crédito y con tasas al 40 o 50% para pagar salarios es muy difícil que las empresas vayan a tomar ese camino, lamentó Urcía. "Ojalá que las acciones preventivas que se van tomando tengan efecto, que tomemos conciencia todos, y tomar las debidas precauciones", agregó.
El dirigente prefirió abrir el paraguas y por eso consideró que la crisis podría afectar a toda la cadena ganadera, porque si bien "veíamos la recuperación del consumo doméstico -febrero fue mejor que en enero en cuanto a la faena- motorizado por mayor consumo interno, no se refleja en los precios porque el mercado no está en condiciones de pagar más".
Por otro lado, la situación de China "va a continuar y va a ajustar en el precio del ganado que va a estancarse o bajar hasta 5 pesos por categoría", contó Urcía al plantear que esa situación se vio con el país asiático, y "ahora estamos esperando que haya problemas operativos con los puertos europeos porque a medida que avanza la enfermedad se toman decisiones de parar determinados sectores".