En pleno desarrollo de los cultivos en el hemisferio sur, los acontecimientos climáticos que suceden día tras día van acompañando los vaivenes del mercado hasta que se concreten los volúmenes de producción, advirtió la Bolsa de Cereales de Córdoba en un informe sobre las perspectivas que abren en el mercado las cosechas de soja de Brasil y Argentina.
Con la cosecha en marcha en algunos estados del norte de Brasil, la Compañía Nacional de Abastecimiento (Conab) recortó nuevamente la producción esperada de soja, ubicándola en 115,3 millones de toneladas, 3,5 millones de toneladas menos que lo estimado en enero y por debajo del récord de la campaña 2017/18.
Esta caída obedece a una menor productividad por hectárea, principalmente en los Estados de Mato Grosso do Sul, Goiás y Paraná, debido a las escasas precipitaciones durante diciembre, justo cuando el cultivo se encontraba en fase reproductiva y demandaba una mayor cantidad de agua. La dispersión en los rendimientos en esta campaña es bastante grande y depende de la variedad utilizada, la fecha de siembra y el manejo de suelo.
En Argentina, con la siembra finalizada y el clima acompañando favorablemente, se espera una producción de entre 53 y 55 millones de toneladas de acuerdo con la fuente relevada, lo cual marcaría una fuerte recuperación respecto a la campaña previa.
Estos valores serían obtenidos con mayores rendimientos por hectárea, sin embargo, hasta el mes de mayo cuando se generaliza la cosecha es importante analizar la evolución de las variables climáticas, en particular en aquellas zonas que podrían presentar complicaciones y/o anegamientos si se registran precipitaciones abundantes.
En conjunto, la producción de soja de Brasil y Argentina sería la más importante de la historia, con una oferta en la campaña 2018/19 de 170,3 millones de toneladas, lo cual deja atrás a la campaña 2016/17, anterior récord.
Reporte de Usda
A nivel global, el reporte del Usda de febrero recortó la producción mundial por una menor cosecha de Estados Unidos y Brasil lo cual implicó una caída en la relación stocks/consumo, aunque sigue siendo la más elevada de la historia. Esta situación es la que quita la expectativa de aumentos importantes en el precio de la oleaginosa en el futuro, por lo menos durante esta campaña.
Si bien puede haber movimientos alcistas que respondan a problemas climáticos en la cosecha sudamericana o en la siembra estadounidense, la oferta abundante de soja en el mundo le pone un límite a los mismos.
En el mercado de Chicago, las posiciones de los fondos especulativos se encuentran prácticamente compensadas, lo cual indica una situación de cautela, principalmente ante los posibles resultados de las negociaciones entre China y Estados Unidos respecto a la aplicación de aranceles sobre la soja.
Ante este hecho, estos fondos no estarían ejerciendo una influencia importante sobre los precios, lo cual se refleja en la cotización de Chicago, donde el precio de la oleaginosa se encuentra en un recorrido lateralizado.
A la fecha, la comercialización de soja ya alcanzó 38,7 millones de toneladas, superando la producción de la campaña, lo cual indica un consumo de stocks por parte de los industriales y los exportadores. Al mismo tiempo y para suplir la carencia de soja local, las importaciones para la campaña 2017/18, a diciembre de 2018, han sido de 5,2 millones de toneladas, lo cual representa 96% del volumen que se preveía para el presente ciclo comercial que cierra en marzo. Este ingreso de materia prima permitió que los precios en el mercado local no se dispararan ante la escasez de materia prima.