La Secretaría de Agroindustria de Argentina informa que la supuesta presencia adventicia (accidental) de semillas de colza transgénica importadas por Bayer a Francia desde Argentina, provendrían parcialmente de una producción en contraestación que realizó la empresa Bayer a partir de una importación de semillas francesas a Argentina bajo la norma de certificación de la OECD.
La producción en Argentina se efectuó con aislamientos superiores a los exigidos por esta normativa, con una distancia superior a 5 kilómetros de todo otro lote de colza.
Agroindustria afirmó que en Argentina, hasta el presente, no se ha autorizado ninguna colza con organismos genéticamente modificados (OGM) ni se han realizado ensayos a campo con este tipo de materiales.
La muestra analizada en Francia que supuestamente diera positivo corresponde a una muestra privada, la cual no tiene respaldo oficial ni ha sido tomada según las normas internacionales en la materia. Este tipo de muestras no son reconocidas oficialmente por las autoridades argentinas.
Los parentales para la producción de la semilla en cuestión fueron importados desde Francia para realizar esta multiplicación y analizados por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) en el ingreso al país; parte de la semilla debió ser destruida por contener colza GM en origen. Debe destacarse que en el pasado ya se ha reportado en la Unión Europea la presencia adventicia de colza OGM en semillas francesas como por ejemplo, en 2015 en ensayos de inscripción de variedades en el Reino Unido.
Solamente se permitió ingresar a nuestro país a los parentales que tuvieron un resultado negativo para presencia OGM con el fin de ser empleados en la multiplicación en contraestación local.
Antes del envío a la Unión Europea las semillas producidas localmente fueron analizadas con resultados negativos para la presencia de colza GM, sin embargo, el proceso de certificación se terminó en la Unión Europea, donde tuvo lugar el procesamiento final de dicha semilla siendo Bayer la responsable de cualquier cambio en la calidad de la semilla enviada desde Argentina, incluyendo una potencial contaminación con colza GM en Europa.
Con el margen de detección de las técnicas actuales y bajo las estrictas condiciones de aislamiento y producción locales, no había presencia OGM en la semilla de colza exportada desde Argentina y, de haberla por debajo de los umbrales de detección, la misma tendría su origen en una presencia adventicia en el stock de semilla importada originalmente desde Francia.
Por todo ello, rechazamos las declaraciones que sugieren que esta presencia adventicia pudiera haberse originado en la Argentina, país que cuenta con uno de los sistemas regulatorios para OGM más estrictos y respetados del mundo, con una industria de producción de semilla en contraestación de excelencia, y no existiendo en nuestro país una potencial fuente de contaminación (colza GM).
Las autoridades argentinas continuarán investigando el tema y tomarán todas las acciones necesarias a nivel nacional e internacional con el fin de resguardar la condición de país libre de colza transgénica así como la calidad de la producción de semilla para exportación.