La Unión Europea suspendió y redujo aranceles a diversos productos para resolver situaciones de desabastecimiento existentes en los 28 países integrantes del bloque.
Entre las actividades preferenciales para la Unión Europea se encuentran las conservas, jugos de frutas, ajo y frutas frescas (uvas de mesa, peras, damascos, cerezas), sidras, vinos y vermut.
Según informó la Embajada Argentina ante la Unión Europea, a través del Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto, el beneficio alcanza a materias primas y componentes no fabricados en Europa.
Se concedieron "suspensiones arancelarias" por falta de disponibilidad de productos dentro de la UE y "contingentes arancelarios autónomos" para aquellos que se producen en el viejo continente pero que no se encuentran disponibles en las cantidades suficientes.
La normativa se revisará de forma semestral para ambos casos, aunque en principio se mantendrá al menos por un periodo de cinco años.
Los sectores beneficiados
De acuerdo con el Reglamento 2018/2069 de diciembre de 2018, se suspendieron los derechos autónomos del arancel aduanero común sobre cerca de 2.000 productos, principalmente industriales, pero también algunos agrícolas, con excepción de las cerezas dulces, que pagarán 10%.
Hortalizas, plantas, raíces y tubérculos alimenticios, también están incluidos entre los contingentes arancelarios de la Unión Europea a ser utilizados por todos los terceros países, incluida la Argentina.
Además el informe de la Embajada destaca los beneficios ya vigentes para el sector exportador, como la "Cuota Hilton" para la carne vacuna, las 23.000 toneladas sin arancel que podrían ingresar como carne de oveja y cabra y las 19.147 toneladas con arancel del 9,6% de ajos.
Según explicó Alfredo Baroni, coordinador técnico del Instituto de Desarrollo Rural de la provincia (IDR), se trata de una muy buena noticia, porque significa la oportunidad para que "Mendoza exporte sus productos en mercados a los que antes no tenía la posibilidad de ingresar".
El funcionario puso como ejemplo el caso de las cerezas frescas, que aunque en Mendoza no supera las 1.000 hectáreas, tuvo un fuerte impulso con la apertura del mercado Chino en 2018, y ahora con la baja de aranceles. No obstante, destacó que la reacción podría ser lenta, porque un planta tarda entre 3 y 4 años en ser productiva. Otras actividades, como el ajo (con alrededor de 11.000 has.) tendrán una respuesta más "elástica" por la superficie implantada. El funcionario destacó que "más mercados implican una mayor rentabilidad".
Igualmente, Mario Bustos Carra, gerente general de la Cámara de Comercio Exterior de Cuyo, celebró que se abriera una posibilidad más para la producción mendocina, después de tantos años de economía cerrada.
"Son una buena señal para las economías regionales, pero necesitamos que sean acompañadas por políticas internas de apoyo a las exportaciones, contrarias al derecho a la exportación (retenciones de $ 3 o $ 4 por cada dólar exportado, según cada actividad) y la baja de los reintegros", destacó.
La resolución de la UE no pone restricciones a los países, sino que quienes primero accedan a los mercados serán los que logren ocupar esas plazas. La competencia es abierta y de acuerdo con Carra, Mendoza deberá disputarse el mercado con Chile y otros países como Nueva Zelanda, Australia y Sudáfrica, entre otros.