El precio internacional de la soja en el Mercado de Chicago (CBOT) pareciera no encontrar piso. Este martes el principal producto de exportación argentino cotizó a u$s 310 por tonelada versus 320 el mismo día de la semana pasada. En el mercado local, la soja se negoció a $ 7.700, al tiempo que en el Rofex, el contrato por la soja disponible se ubicó a u$s 284.
"El panorama no es bueno en el corto plazo. Cuando parece que los precios tocan piso para tener esperanzas de un rebote, vuelven a caer. Estamos ante una gran incertidumbre y sin piso a la vista", advirtió a LPO el director de Kimei Cereales, Javier Buján.
En rigor, el analista de mercados hace referencia al factor bajista que genera la "guerra comercial" entre Estados Unidos y China que, lejos de calmarse, se viene intensificando con el correr de los días afectando los precios de la soja, al menos, en el corto plazo.
Cabe mencionar que la semana pasada, el gobierno central de China impuso un arancel del 25% a la soja estadounidense a modo de represalia comercial contra la política proteccionista implementada por la administración de Donald Trump.
El presidente del gigante estatal chino Cofco Corp, Yu Xubo, aseguró que "promoverán una mayor producción local de soja, ampliando fuentes de abastecimiento de carne, soja y harinas proteicas proveniente de otros países" (en un claro guiño a Sudamérica).
En este contexto de caída de precios, el gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, pidió al Gobierno nacional que frene la baja gradual del 0,5% mensual en las retenciones a la soja en línea con otros dirigentes radicales como Ricardo Alfonsín y con el FMI.
Actualmentelos derechos de exportación al complejo sojero se ubican en un 26,5%, mientras que para enero de 2019 estarán en un 23,5%. El FMI le recomendó al presidente Mauricio Macri que fije las retenciones en un 25,5%.
Pero Macri no aceptó el pedido y se reunió con los directivos de la Mesa de Enlace para asegurarles que las retenciones "no se tocan". Ahora en el campo apelan a la palabra del presidente para hacer frente a la presión de distintos sectores para frenar la baja gradual.
Dardo Chiesa, presidente de CRA, consideró que "el camino que nos queda es achicar el gasto y promover las exportaciones. De esta manera se generará empleo genuino en el interior y aumentará la mano de obra y se agrandará el ingreso de divisas".
Como sea, la discusión por las retenciones no llega en el mejor momento: la cosecha de soja 2017/18 fue de apenas 36 millones de toneladas, unas 20 millones menos que lo previsto al inicio de la campaña, por la peor sequía en no menos de 70 años.
"Hay muchos que creen que la devaluación benefició al campo. Pero se olvidan que el sector está viviendo una tragedia con los precios, que están en los peores registros de los últimos 10 años", alertó a este medio el consultor económico, Salvador Di Stefano.
El documento del FMI
"Mantenemos nuestro compromiso de reducir y eventualmente eliminar los impuestos distorsivos en línea con la reforma tributaria aprobada hacia finales de 2017, pero podríamos extender el período de implementación de algunas de estas modificaciones si fuera necesario para alcanzar nuestras metas fiscales".
Así lo indica textualmente el memorándum que el gobierno argentino firmó días atrás con el Fondo Monetario Internacional (FMI). En otras palabras, el compromiso firmado deja abierta la puerta a modificar el esquema de retenciones agrícolas para poder acceder a la totalidad de los u$s 50 mil millones dispuestos como ayuda financiera.
Más abajo, entre los puntos que plantea el FMI a la Argentina, se menciona directamente el "mantenimiento de la tasa de exportación de los productos del complejo sojero en un 25,5%". Con esta medida, el organismo internacional pretende mantener la recaudación del Estado con el principal producto exportable del país.
El Gobierno apuesta al trigo para atenuar el impacto de la recesión
En la Casa Rosada cuentan que Macri siempre estuvo en contra de las retenciones por tratarse de un impuesto distorsivo. Además, el éxito que tuvo la eliminación de retenciones al trigo y al maíz lo evidenciaron (ambas producciones se duplicaron y el Estado pasó a recaudar más vía otros impuestos).
De hecho, en el caso del trigo se vive un verdadero "boom" con un área de siembra estimada en más de 6 millones de hectáreas, buenas condiciones de humedad en los suelos y una cosecha récord proyectada en 20 millones de toneladas que podría, como mínimo, atenuar el impacto de la recesión económica en el segundo semestre.
En tanto, uno de los actores principales en los triunfos de Macri en 2015 y 2017 fue, justamente, el campo, no sólo por la feroz pelea que el sector tuvo con el kirchnerismo, sino también porque la mayoría de los productores confiaron en el frente de gobierno que eliminó las retenciones y liberó las exportaciones.