Uno de cada tres pesos en la cadena de valor de la carne no se factura, tres de cada cuatro kilos se venden con algún grado de informalidad y la evasión en el sector representa unos u$s1.000 millones por año. Así lo sostiene un informe de Bain & Company.
Según el trabajo, la informalidad de la cadena es "muy alta", con una evasión que llega al 50% de los ingresos en la comercialización, fenómeno que tiene "implicaciones directas y negativas" sobre su desarrollo.
El informe remarca que la única manera de que la actividad pueda desplegar todo su potencial es "resolviendo de manera estructural el problema de la informalidad".
El sector de la producción evade unos u$s200 millones (tiene un 84% de ingresos facturados y un 16% informales), los frigoríficos alrededor de u$s300 millones (poseen un 72% de ingresos facturados y un 28% informales) y el sector de la comercialización evade en torno deu$s500 millones (tiene un 44% de ingresos facturados y 56% informales).
En el sector minorista hay más de 40.000 carnicerías que sólo facturan un 25 por ciento.
Según detalla el reporte, los frigoríficos informales, que tienen menos costos y mayor poder de compra, demandan más animales livianos para el consumo interno.
En tanto, los frigoríficos de exportación requieren más animales pesados y su negocio es de baja rentabilidad a la hora de competir con establecimientos que operan informalmente. En rigor, esos frigoríficos informales tienen una ventaja de un 45 a 60% en el costo de faena. Los establecimientos que operan con cierta informalidad pagan alrededor del 50% de las cargas sociales.
Por tipo de establecimiento de faena, hay un nivel de evasión bajo en el sector exportador, es medio el nivel de evasión en los frigoríficos para consumo interno y alto en mataderos y cooperativas.
Potencialidad
De acuerdo al trabajo de la consultora, hasta 2025 la cadena de la carne tiene potencial para incrementar de 2,8 millones de toneladas a 4 millones de toneladas la producción, un 42% más.
Además, podría generar más de u$s3.500 millones en exportaciones, siendo el segundo o tercer rubro de ventas al exterior, y tener más de 40.000 empleos.
En este contexto, para transformarse, desde la readecuación de plantas hasta el aumento de la capacidad de despostado, la industria debería invertir unos u$s2.300 millones.