La Bolsa de Cereales de Buenos Aires estimó en 5.895 millones de dólares las pérdidas infringidas por la extensión de la sequía a la agricultura y a la economía argentina en general, una cifra que duplica la aproximación realizada por la entidad en marzo.
La BCBA volvió a medir el impacto de la sequía en la economía argentina considerando la nueva situación de producción y precios, midiendo el escenario climático sobre el valor agregado, las exportaciones y la recaudación fiscal de las cadenas de valor agrícolas en 2018.
"Esta caída no sólo se explica por la disminución en la estimación de producción de soja y su impacto en la molienda, sino también por la caída experimentada por las cotizaciones internacionales desde la publicación anterior, que disminuyeron la compensación vía precios", dijo la BCBA.
De acuerdo al Panorama Agrícola Semanal (PAS), la producción de maíz para la campaña 2017/18 se estima en 32 millones de toneladas y la de soja en 36 millones de toneladas, lo que representa recortes del 22% y 33% en relación a las expectativas al inicio del ciclo agrícola.
Por ello, desde la Bolsa porteña señalaron que "en esta campaña el Producto Bruto de las cadenas de la soja y el maíz estará 23% por debajo del nivel que podría haberse alcanzado de no mediar las inclemencias climáticas".
Impacto nacional
En términos de la economía en su conjunto, la pérdida se estima en 0,86% del PIB argentino.
Al analizar lo que sucede al interior de cada una de las cadenas, se observa que las pérdidas no se distribuyen por igual entre los eslabones. Para la BCBA, el principal afectado continúa siendo la producción primaria, con una caída en el valor agregado de US$ 2.331 millones.
También se ven afectados los servicios relacionados, destacándose la pérdida de US$ 422 millones en transporte. Además, indicaron que "los impactos negativos de la seca también llegaron a los productores de carnes y leche que utilizan el maíz y la harina de soja como insumo y deberán enfrentar mayores costos, del orden de los US$ 1.000 millones".
En este marco, desde la Bolsa de Cereales de Buenos Aires enfatizaron que "la periodicidad y la magnitud del impacto de los eventos climáticos adversos en un sector tan importante para la economía argentina, ponen en evidencia la necesidad de diseñar e implementar una estrategia integral para la gestión del riesgo agropecuario".
Por el lado de las exportaciones, las pérdidas alcanzarían US$ 5.374 millones, debido a la disminución de las cantidades exportadas de granos y subproductos, compensada en parte por el incremento en los precios internacionales.
Por su parte, la recaudación fiscal también sufriría una reducción de US$ 1.735 millones y explicaron que "se debe a una disminución en lo recaudado por derechos de exportación como resultado de menores exportaciones, y a una caída en la recaudación vía otros impuestos debido al descenso de la actividad".