La baja del 23%, en promedio, en el valor de exportación de la tonelada de soja entre las campañas del último gobierno de Cristina Fernández de Kirchner (2011 a 2015) y los tres ciclos agrícolas que van con la gestión de Cambiemos implican US$5500 millones menos para el país por año.
Se trata de una estimación que toma como base un volumen promedio de 50 millones de toneladas, realizado por la Fundación Mediterránea, especializada en economía.
En el primer mandato de Fernández de Kirchner el precio medio de exportación de la tonelada de soja rondó los US$420; en el segundo saltó a US$485 y en lo que va de la gestión de Macri se ubica en alrededor de US$375 por tonelada.
El economista Juan Manuel Garzón, de la Mediterránea, señaló que al país la baja observada en los precios de la oleaginosa le cuesta alrededor de US$ 5.500 millones por año, "ingresos que ya no se disponen y que afectan a toda la cadena de producción y también al fisco".
En tanto, con una alícuota de retenciones del 35% (y del 32% sobre los derivados industriales) durante todo su segundo mandato, la expresidenta recaudaba por ese ítem unos US$6200 millones anuales (considerando la producción efectivamente exportada). Con alícuotas y precios de exportación menores, en la administración de Cambiemos la recaudación puede apuntar a los US$3700 millones, monto que será incluso menor este año por efecto de la sequía (US$ 3200 millones).
"La cifra está impactada por una doble vía: menores precios internacionales y, también, reducción de alícuotas", señaló Garzón. El valor en el mundo de la tonelada cayó 23% respecto a la última gestión kirchnerista y la alícuota de retenciones ya ha bajado también en una magnitud similar.
Respecto de los US$ 5500 millones menos de ingresos en general, Garzón graficó que la cifra equivale a más del nueve por ciento del total de las exportaciones argentinas. "Es muy significativa y se distribuye entre todos los actores; todos pierden, productores, transportistas, proveedores de insumos, de equipos etcétera, y también el Estado, que deja de recaudar por múltiples vías", indicó.
Lo que viene
Los analistas subrayan que la guerra comercial abierta entre Estados Unidos y China derrumba los precios de la soja y afecta a los productores de todo el mundo. Vale recordar que China anunció, en represalia a los aranceles de EE.UU., que fijará un 25% a la soja estadounidense. La medida regirá desde el 6 de julio.
Garzón apuntó que los precios futuros de la soja enfrentan actualmente un horizonte de mucha incertidumbre, con un fuerte ajuste a la baja en las últimas semanas.
Si bien los fundamentos de mercado indicarían que los valores deberían sostenerse en niveles no muy distintos a los de años previos, la profundización del conflicto comercial entre Estados Unidos y China (segundo exportador y primer importador mundial de soja, respectivamente) abre interrogantes respecto de qué puede pasar con las compras del gigante asiático y en qué medida estas pueden verse afectadas por las decisiones del propio gobierno chino.
"Si bien la soja argentina y de Sudamérica puede encontrar alguna oportunidad circunstancial en este conflicto, su profundización tendrá efectos negativos de mediano y largo plazos no sólo para los países directamente involucrados, sino también para el comercio y la economía global", agregó.