El 31 de mayo próximo vence el sistema de cuotas para la exportación de leche en polvo a Brasil y la Argentina intentará forzar que el esquema -vigente desde 2009- se elimine. En todos estos años, Brasil siempre se negó a que desaparezca porque su industria entiende que era la manera de proteger a su mercado de las importaciones.
La cuota vigente es de 4.500 toneladas. El año pasado, después de cubierto el cupo, en agosto se acordó una ampliación a 5000 toneladas. El acuerdo es entre privados, no gobiernos.
Desde el Centro de la Industria Lechera (CIL) de Argentina adelantaron que buscarán que el sistema deje de existir. Por ahora no hay fecha para nuevas reuniones y, vencido el esquema, se caerían los cupos. Si la industria brasileña pretendiera renovar el cupo, como estuvo trascendiendo en los últimos días, las empresas argentinas no responderán de manera positiva. El objetivo de las industrias locales es salir de ese sistema de cuota.
El principal problema para la Argentina es que Uruguay no tiene cupo y, por lo tanto, gana mercado.Brasil es un destino clave de las exportaciones lácteas, básicamente, leche en polvo.
En 2017, según datos del Ministerio de Agroindustria argentino, las exportaciones totales de leche en polvo (entera y descremada) sumaron unas 91.000 toneladas por US$282,6 millones. En volumen, en leche en polvo se exportó un 40% menos que en 2016 y casi la mitad que en 2015. En tanto, si se analiza el desempeño del total de las exportaciones, es decir con todos los productos, en 2017 se exportaron 226.401, una baja del 24,7 por ciento. En valor, las ventas totales bajaron de US$815,9 millones en 2016 a US$726,8 millones el año pasado.
También el precio por tonelada mejoró este año, de US$2850 promedio de 2017 pasó a US$3200. "Se da, principalmente, por una sequía muy fuerte en Nueva Zelanda, pero hay análisis que marcan que la firmeza será difícil de sostener por el stock mundial", señaló Ercole Felipa, de la cooperativa Manfrey.