"Somos técnicamente un brote verde", afirma el ceo de Índigo, Carlos Becco, una firma que nació en Boston en 2014 entre las denominadas startup (empresas de base tecnológica) y que en agosto de 2017 abrió en Argentina su primera sucursal en el mundo que, a su vez, se animó a participar de Expoagro 2018.
¿De qué se trata? Índigo ofrece tratamientos microbiológicos para semillas (inocultantes), principalmente de soja. "Nos manejamos con una tecnología muy novedosa. Tenemos una enorme base de datos de microorganismos identificados, más de 70.000 sobre una disponibilidad de un trillón que existe en la naturaleza. A esos microorganismos los agregamos a la semilla", explicó Becco de vasta experiencia en la conducción de multinacionales agropecuarias.
El peso de su producto lo graficó describiendo que actualmente se inocula a las semillas "con una sola bacteria, el rhizobium japonicum (que fija el nitrógeno en la raíz de la planta de soja). Nosotros tenemos 70 mil".
"Ese microbio vive dentro de la soja y le confiere a la planta mejor comportamiento frente a estrés híbrido y alta temperatura", agregó.
En su primera campaña, Índigo logró implantar semillas tratadas en más de 10 mil hectáreas (habían proyectado alcanzar las 2.000 ha).
Este año resultó importante para testear la tecnología. Trabajamos con 30 clientes y tenemos 61 lotes en todo el país y tenemos una performance muy alentadora. "No tenemos números finales porque aún no se cosechó, pero podemos decir que el monitoreo satelital que nos proveyó la red Solapa 4 arroja que 28 lotes (el 45%) de los 61 plantados está mejor que el año pasado medido en índice verde".
"El microbio viene de Estados Unidos se multiplica acá, lo preparamos y formulamos. Y la semilla la tratamos nosotros", agregó Becco.
Para la próxima campaña de granos finos preparan el lanzamiento de un inoculante para el trigo, "que implica el uso de otro microorganismo".
"Índigo tiene un portfolio de productos muy ambicioso, muy rico, que nos permite una renovación de productos constante".