El déficit de lluvia de los últimos meses ya generó impactos negativos importantes en la producción agropecuaria argentina, con pérdidas que podrían agravarse aún más si no llueve en los próximos días. En un escenario más complicado se perderían 2.150 millones de dólares en los cultivos de verano y la ganadería.
La proyección la realizó el Consorcio Regional de Experimentación Agrícola que indicó que, ante una caída del 10% en la producción total de granos -ya aceptada- no se afectarían los ingresos brutos totales respecto a lo estimado a inicio de campaña. Perofrente al escenario "más probable" de 15% a 20% de mermas de producción, se perderían 2.150 millones de dólares.
La estimación surgió de un relevamiento entre empresas Crea en las principales regiones productoras. El resultado fue que en el 67% de los casos, la condición hídrica de los suelos es deficitaria y en el 33% regular.
Según la entidad, la campaña ya se inició con problemas. Las altas lluvias de gran parte de 2017 complicaron la siembra de los granos gruesos, reduciendo el área total implantada en cerca de 150.000 hectáreas respecto a lo planificado.
A su vez, el rendimiento proyectado de las áreas sembradas ya se ve reducido, aunque los próximos días serán clave para determinar la magnitud de la pérdida.
De acuerdo al relevo de Crea, 92% de las regiones espera rendimientos por debajo del promedio para los cultivos de verano.
En el mismo sentido, la herramienta ProRindes (para predecir rindes en base a modelos de cultivos), marca reducciones en el rinde de soja y maíz temprano en prácticamente todas las localidades, con algunos casos que alcanzan más del 50%.
Esta herramienta no considera sin embargo el aporte de la napa, que está atenuando la pérdida en algunos casos. Según las empresas Crea, la soja de segunda es una de las más afectadas, con casos extremos de lotes perdidos.
Ganadería
La sequía también impacta negativamente en la ganadería de carne y leche. Los resultados del Tablero Forrajero de Crea (herramienta para estimar producción en base a imágenes satelitales) se observa que la condición de los recursos y su tasa de crecimiento disminuyó en los últimos meses.
A modo de ejemplo, el Tablero Forrajero muestra tasas de crecimiento de pasturas y pastizales equivalentes al 10% de los peores años en Entre Ríos y al 20% en el Sudoeste. Como consecuencia, hay productores ganaderos que están adelantando los destetes y, eventualmente, adelantando las ventas de la zafra.
Para la lechería, el 52% de las regiones lecheras muestran niveles de producción de silo regular (además de la caída en producción de pasturas).
En ambos casos (ganadería de carne y de leche) se está registrando una necesidad de aumento inmediato de alimentación suplementaria. Además, la falta de humedad compromete la siembra de los verdeos de inverno y pasturas otoñales condicionando de este modo la cadena forrajera de los planteos ganaderos en 2018.
En combinación con la sequía, el aumento de los precios de soja y maíz y la reciente evolución del tipo de cambio, están generando impactos económicos variados dependiendo de la producción. En agricultura, los cambios registrados contribuirán a atenuar la caída del valor bruto de la producción y la perdida de los productores por la sequía.
A escala de productor, quienes tengan posibilidad aún de capturar los precios actuales podrán mitigar los efectos de la caída de rendimientos. Para la ganadería de carne y leche los efectos de los cambios en precios y tipo de cambio son negativos dado que la sequía aumenta la necesidad de suplementación con grano y la misma tiene un costo de 9 a 13% mayor.