Se hace cada vez más necesario implantar especies vegetales que permitan aprovechar la energía que nuestros esquemas productivos no utilizan habitualmente, de modo que ayuden a cumplir con los servicios ecosistémicos pendientes sin que dejemos de hacer cultivos de renta. Hay muchos momentos en que el sistema genera huecos en que no se está interceptando energía, y eso no debe tolerarse. De hecho podemos canalizar esa energía no utilizada.
La propuesta de Gervasio Piñeiro, técnico del Conicet, implica un cambio de paradigmas: pasar de pensar en cosechar granos exclusivamente a aceptar que vamos a generar paralelamente muchos servicios que jueguen a favor del ambiente. Debemos imaginar la rotación de cultivos que nos llevará a cumplir estos objetivos. Si logramos interceptar más energía la torta será más grande; parte irá para la soja y parte puede ir a proveer los servicios ecosistémicos.