Los caudales de los ríos Paraguay y Paraná presentan una bajante consecuencia de las escasas precipitaciones registradas durante el invierno y primavera en toda la cuenca, debido a la alta variabilidad climática.
Mientras continúan los problemas para la navegación por la autopista fluvial, el puerto de Bahía Blanca se beneficia al igual que los camioneros que transportan mercadería por rutas.
El transporte de importación y exportación en Paraguay, que depende principalmente del uso de barcazas a través de los ríos Paraná y Paraguay, experimentó un aumento significativo en sus costos durante julio
La reducción del flujo de los ríos en el Cerrado podría afectar la producción agrícola, la generación eléctrica y el suministro de agua para la población
El Presidente del Organismo científico explicó que el fenómeno, agravado por lluvias débiles desde diciembre, es la continuación "de la bajante que comenzó en 2020" y advirtió que uno de los motivos de los incendios podría ser la falta de agua.
Especialistas, funcionarios y pobladores ribereños esperan una regularización con la llegada de las lluvias. Pero el caudal del río retrocede año a año.
Los niveles alcanzarían a 1,3 metros en la zona portuaria de Rosario. Para los próximos tres meses se esperan precipitaciones por debajo de lo normal en zona centro y noreste argentino, Paraguay y sur de Brasil.
A partir del aporte de lluvias en la zona de la gran Cuenca del Río Paraná, así nuevas perspectivas de más precipitaciones, se cargaron de agua diferentes cursos de agua que desaguan al río.
Según un informe del Instituto Nacional del Agua (INA) respecto a la bajante la perspectiva al 31 de mayo de 2022 no permite esperar un rápido retorno a la normalidad.
Esta situación obliga a transportar mercadería hacia otros puertos por vía terrestre, con el consiguiente impacto sobre la seguridad vial, el mayor deterioro de la infraestructura y el aumento de los costos logísticos.
La bajante del Paraná llega a niveles históricos para enero y sigue afectando la logística portuaria del Gran Rosario, en plena cosecha de trigo. Argentina recupera participación en las importaciones brasileras de trigo. Precios internacionales en baja.
La sequía, las altas temperaturas y la extraordinaria bajante de los ríos hacen prever cuantiosas pérdidas económicas en 2022 en Paraguay, de por sí golpeado por los efectos de la pandemia, advirtió el sector naviero.
En Paraná, Entre Ríos, el río descendió a -44 centímetros (por debajo del nivel del mar), superando las marcas de 1971 (0,50 metros), de 2020 y 1970 (0 metros).
Producto de la peor bajante del Río en más de 50 años, la participación de los puertos del Gran Rosario en los embarques totales de granos, aceites y subproductos argentinos en 2021 cayó a su menor porcentaje.
Lleva casi 300 días con niveles inferiores al límite de aguas bajas. Así lo confirmó el Instituto Nacional del Agua. La sequía también puede generar dificultades en "la reproducción y alimentación de la fauna".
La bajante extraordinaria e histórica del río Paraná por la falta de lluvias y extensión del período de sequía podría continuar todo el verano "y por un poco más de tiempo" con consecuencias en la navegación y reducción de la población de peces, dijo hoy un especialista e investigador del Conicet.