INYM estableció que cada productor inscripto en el Registro de Operadores podrá incorporar un máximo de cinco hectáreas de nuevas plantaciones por año, con el objetivo "afianzar la sustentabilidad de la actividad yerbatera"
Se trata de un trabajo integral del Senasa para apoyar el desarrollo de producciones familiares en la zona, que incluye cultivo de perales, ciruelos y forestales.