Lo aseguró hoy la secretaria de Agricultura norteamericana, Brooke Rollins, en medio del revuelo provocado por la suba de aranceles decidida por Donald Trump.
El Departamento de Agricultura reconoció que no podrá medir el verdadero efecto en los productores hasta el final del verano boreal. La soja, nuevamente en el centro del conflicto.
El gobierno de Donald Trump llevó adelante una ola de despidos masivos que afectó a diversas agencias federales, entre ellas el Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA), donde trabajadores de servicios clave fueron cesanteados
La exasesora de Trump, conocida por su escepticismo sobre el cambio climático, liderará el USDA en un contexto de recortes y desafíos para el sector agrícola.
Brooke Rollins, elegida por Trump para dirigir el USDA, considera pagos directos a agricultores para compensar pérdidas por aranceles, siguiendo el enfoque de su primer mandato.