Suben los de precios de las categorías de hacienda que atienden al mercado local, cae el consumo interno por la crisis y bajan los subproductos. Todo esto complica las cuentas en las industrias. En ese contexto el aumento del precio de la carne no es más que la consecuencia de los problemas macroeconómicos y sectoriales sin resolver como los impositivos, entre otros.