Recría inteligente: tres claves para ganar en el nuevo ciclo ganadero argentino
Comprar bien, engordar a bajo costo y vender en el momento justo: la fórmula que puede transformar la rentabilidad de la ganadería. Un modelo que, según los especialistas, "no puede fracasar" si se aplica con planificación.
La recría es el eslabón olvidado pero determinante de la cadena ganadera argentina. Y hoy, con un escenario que tiende a la apertura y menor intervención estatal, se convierte en una oportunidad para dar el salto hacia sistemas más eficientes.
Según el ingeniero agrónomo Sebastián Riffel, especialista en nutrición animal y socio de la consultora que integra junto a Juan Elizalde, el país desperdicia gran parte del potencial de producción de carne: de los más de 6 millones de terneros machos destetados al año, solo la mitad llega a novillos pesados. El resto se faena liviano, perdiendo kilos y margen.
"Hasta que no pasemos del novillito de 320-350 kilos al novillo de 450-500 kilos con doble destino -interno o exportación- estamos dejando valor en el camino", afirma Riffel. Y el cambio empieza en la recría: ese proceso intermedio entre la crianza del ternero y el engorde final.
Hoy, muchos ganaderos ni siquiera saben cuánta carne producen. "En agricultura nadie siembra sin medir rindes y márgenes. En ganadería, eso todavía es raro", advierte el especialista.
Las tres claves que "no pueden fallar"
Riffel resume el éxito de una recría rentable en tres decisiones estratégicas:
1- Comprar bien:
Aprovechar la zafra (marzo a mayo), cuando hay mayor oferta de terneros y los precios son estacionalmente bajos.
2- Agregar muchos kilos a bajo costo:
Usar pasturas de calidad para recriar en forma extensiva durante 8 a 10 meses, con costos productivos bajos por kilo vivo.
3- Vender en el momento justo:
Apuntar a los primeros meses del año, cuando hay menos oferta de hacienda terminada y los precios son más altos.
Recría planificada: cómo se implementa en el campo, Con pasturas de festuca, el ciclo ideal se inicia en marzo con la compra del ternero y finaliza en diciembre con el encierre a corral para vender en marzo. Si hay alfalfa, la recría puede extenderse hasta febrero y la venta proyectarse para mayo.
En ambos casos se pueden agregar entre 150 y 170 kilos por animal, aprovechando el mejor momento de mercado. "Ese planteo bien ejecutado no puede fracasar", asegura Riffel.
El especialista subraya que el verdadero salto está en la planificación y evaluación integral: tanto en parámetros técnicos (ganancia de peso, carne por hectárea) como económicos (costo por kilo, rentabilidad). "No medir es no saber si ganás o perdés plata. La ganadería argentina necesita profesionalizarse", concluye.