Bajó el dólar, pero el asado cuesta más caro
A pesar de la caída del dólar libre, el kilo de asado aumentó más de 200% desde noviembre
El precio del corte más popular trepó a $12.399 por kilo, mientras el dólar libre bajó 5% en lo que va del año. Las promociones no compensan el aumento.
Mientras el dólar libre acumula una baja del 5,7% desde el inicio del 2025, el precio del asado sigue una curva totalmente opuesta: subió un 210% en menos de cinco meses. Según un relevamiento de Noticias Argentinas, el kilo de asado de novillito pasó de costar $3.999 en noviembre a $12.399 en abril, marcando una de las subas más abruptas en la carne vacuna.
Precios que no bajan, ni con ofertas
En supermercados como Coto, el mismo corte envasado al vacío que antes de la asunción de Javier Milei se ofrecía por menos de $4.000, hoy aparece a un valor regular de $12.399,90 por kilo, es decir, más del triple en comparación con noviembre de 2023.
Incluso con promociones de fin de semana, como las que rigieron entre el 5 y el 6 de abril, los valores distan mucho de los de hace algunos meses. El precio en "oferta" fue de $6.999,90 por kilo, con un precio regular informado de $8.199,90, lo que muestra una diferencia engañosa: el valor descontado aún representa casi el doble de lo que costaba antes del cambio de gobierno.
La paradoja del dólar a la baja y la carne al alza
Desde el 1° de enero hasta el 18 de abril, el dólar libre cayó de $1.230 a $1.160, marcando una baja del 5,7%. Sin embargo, lejos de impactar a la baja sobre los precios de la carne, el costo del asado avanzó aceleradamente.
Voceros del sector mayorista de carnes explicaron que "la estructura impositiva, la falta de previsibilidad fiscal y los traslados especulativos de costos a lo largo de la cadena" son responsables directos de la distorsión. "La baja del dólar no se traslada a las góndolas porque hay presión fiscal, aumentos logísticos y una puja constante de márgenes en un mercado incierto", aseguran.
Inflación y bolsillo: el poder de compra se desangra
En paralelo, los consumidores remarcan que las promociones "duran poco, no alcanzan y muchas veces sólo se aplican con tarjetas seleccionadas o cantidades limitadas". Con una inflación que acumuló más del 70% en el primer trimestre del año, el poder adquisitivo sigue erosionándose frente a productos esenciales como la carne.
"Hoy comprar un kilo de asado es un lujo", dice Romina, empleada administrativa de San Martín, y agrega: "Aunque bajen el dólar o hagan ofertas, no podemos seguir el ritmo de los precios".
El caso del asado se vuelve así un termómetro del mercado interno argentino: más allá del tipo de cambio, la economía real se cocina a fuego alto, y los platos fuertes cada vez están más lejos de la mesa familiar.