El dólar bajó y el campo puso el freno: por qué se enfrió la venta de granos pese a la cosecha en marcha
La baja abrupta del tipo de cambio oficial generó cautela entre los productores y enfrió las operaciones en el mercado de granos. Aunque las ventas siguen por encima del año pasado, la incertidumbre cambiaria y la falta de incentivos reales marcan el pulso de la campaña.
El tipo de cambio retrocedió con fuerza esta semana y, como era previsible, el impacto se sintió con rapidez en el mercado de granos. La caída del dólar oficial al agro -que pasó de $1230 a $1135- generó señales de freno en las decisiones de venta de productores, que observan con cautela un escenario donde los precios no acompañan y la cosecha apenas empieza a tomar ritmo.
Según datos del Banco Nación, el dólar minorista cayó un 5,7%, cerrando en $1160, mientras que el mayorista se ubicó en $1135, niveles que lo alejan del "blend" anterior y afectan directamente la conversión en pesos que reciben los productores por sus ventas.
En su informe diario, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) describió una jornada de actividad moderada, especialmente en soja. La oleaginosa -en plena cosecha- mostró una operatoria "de discreto dinamismo", con ofertas estables en $320.000 por tonelada, es decir, $15.000 menos que la rueda anterior.
"La caída del tipo de cambio enfrió la dinámica comercial", explicaron desde la BCR.
Desde el sector exportador, Gustavo Idígoras, titular de CIARA-CEC, fue contundente: "Un dólar por debajo del valor que ofrecía el blend anterior afecta directamente los precios y puede incidir negativamente en la comercialización".
El lunes posterior al levantamiento del cepo, se registraron 1,8 millones de toneladas en Declaraciones Juradas de Ventas al Exterior (DJVE). Pero entre martes y miércoles, el ritmo bajó: solo se anotaron 720.711 toneladas.
¿Qué mueve hoy al productor?
Aunque algunos vinculan la desaceleración únicamente al tipo de cambio, los analistas remarcan que la expectativa de precio futuro sigue siendo el factor clave.
"Si el productor espera un mejor precio, no vende", sintetiza David Miazzo, economista de Data Miazzo. "En febrero vendieron soja a $330.000/t. Si hoy se ofrece menos, sin mejora del tipo de cambio, no hay incentivo."
Miazzo también destaca que la baja del dólar genera un cambio en el juego financiero: "Con una divisa más tranquila, el incentivo pasa por colocar pesos a tasa. Si no hay expectativa de devaluación, ese mecanismo gana peso frente a la venta de granos".
En esa misma línea, Ernesto Ambrosetti matiza el rol del dólar: "El productor tiene que afrontar pagos de insumos y empezar a planificar la campaña de trigo y cebada. No todo depende del tipo de cambio".
Voces del agro: estrategia, no especulación
Desde Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Carlos Castagnani fue claro: "No se trata de especulación, sino de estrategia. Cada productor decide en función de su economía real".
Para Pablo Ginestet, también de CRA, la flotación cambiaria no mejoró la competitividad: "Seguimos en una situación compleja. La clave es bajar impuestos, no solo mirar el dólar".
Y Javier Preciado Patiño, analista de RIA Consultores, apunta a un aspecto técnico: la posibilidad de que el productor pueda comprar dólares al mismo valor que le pagan por sus granos. "Eso sería una brecha cero. Podría actuar como incentivo, si se confirma", explicó.
En resumen:
- El dólar cayó y el productor se frenó.
- Las ventas siguen en niveles altos respecto a 2024, pero el ritmo se enfría.
- La decisión de vender ya no depende solo del tipo de cambio, sino de una combinación de precios, expectativas y obligaciones productivas.