Stock ganadero: los daños de una seca sobre un sector con años de desatención
Al 31 de diciembre de 2024 el stock bovino nacional se ubicó en 51.626.909 cabezas, lo que representa una baja del 2,2% respecto del año anterior, equivalente a 1,16 millones de animales menos.
Finalmente se confirmó lo que buena parte del sector ya descontaba: una nueva caída en el stock ganadero nacional. De acuerdo con los datos oficiales de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, basados en la información declarada al SIGSA por los productores,
Si bien la sequía ha sido el principal factor determinante de esta caída en los últimos dos años, la tendencia descendente en el stock ganadero comenzó en 2018, cuando apenas se lograba recuperar el umbral de 55 millones de cabezas tras la gran pérdida registrada entre 2008 y 2010.
Desde entonces, la falta de políticas públicas, la inestabilidad macroeconómica y las restricciones comerciales han limitado el desarrollo del sector. En los últimos dos años, la sequía golpeó con fuerza el corazón productivo de la ganadería nacional, especialmente en Buenos Aires, La Pampa, Córdoba y Santa Fe, donde se perdió el 75% del total de cabezas caídas a nivel nacional, unas 850.000 cabezas.
Producción y relación ternero/vaca
En 2024 se registraron 14,6 millones de terneros y terneras, prácticamente sin cambios respecto al año anterior. No obstante, se destaca una leve mejora en la relación ternero/vaca, que subió al 65,2%, el segundo mejor valor histórico, tras el récord del 66,7% en 2022.
Caída estructural del novillo y la vaquillona
Una de las señales más preocupantes es la caída sostenida del stock de novillos, que pasó de 4,7 millones en 2007 a 2,23 millones en 2024, perdiendo cerca de 100.000 cabezas solo el último año, y marcando la mayor caída en siete años.
Algo similar ocurre con las vaquillonas, una categoría clave para la reposición de vientres. En 2024, la faena de vaquillonas superó los 4 millones de cabezas, extrayendo el 54% del stock inicial, que era de 7,36 millones. Como consecuencia, el stock cayó a 6,88 millones, muy lejos de los 8,25 millones registrados en 2016.
Pérdida de vientres
En total, entre vacas y vaquillonas, la ganadería argentina perdió más de 1,7 millones de vientres en los últimos dos años, lo que equivale a una pérdida potencial de 1,5 millones de terneros que no se producirán.
Alta faena y necesidad de ajuste
Pese a la mejora del clima en el presente ciclo, la elevada faena de hembras jóvenes persiste como señal de alarma. En el primer trimestre de 2025 se faenaron 980 mil vaquillonas, un 7% más que en el mismo período de 2024, representando casi una cuarta parte de toda la faena anual anterior.
Si se busca estabilizar el stock y evitar una nueva caída, la faena anual debería reducirse en unas 475 a 500 mil cabezas, bajando el promedio mensual a 285 mil vaquillonas entre abril y diciembre, un 17% menos que el promedio del mismo período de 2024.