EEUU

Trump promete aliviar la crisis laboral en el agro antes de la cosecha: ¿alivio o incertidumbre para el campo?

La Casa Blanca evalúa flexibilizar el programa de visas H-2A y abrir nuevas vías legales para trabajadores rurales no ciudadanos. La escasez de mano de obra preocupa a productores de todo EE.UU., y los cambios podrían impactar de lleno en la cosecha 2024.

 A solo semanas del inicio de la cosecha en gran parte de Estados Unidos, la administración de Donald Trump analiza flexibilizar el ingreso legal de trabajadores rurales no ciudadanos. Así lo confirmó la secretaria de Agricultura, Brooke Rollins, quien aseguró que reformar el sistema de visas H-2A es ahora una prioridad presidencial.

"El trabajo agrícola está en crisis. La falta de mano de obra afecta directamente a nuestros productores y ganaderos", dijo Rollins durante la convención ganadera del suroeste de EE.UU. realizada en Fort Worth, Texas.

Según sus declaraciones, Trump evalúa un esquema en el que trabajadores extranjeros podrían salir del país y regresar de forma legal con respaldo de sus empleadores, garantizando así un status migratorio regularizado.

Datos del USDA indican que solo el 32% de los trabajadores agrícolas nacieron en EE.UU. y el 26% tiene ciudadanía o autorización. Eso deja a un 42% -o posiblemente más del 60% según estudios privados- en situación migratoria irregular. Este contexto de informalidad y temor a las redadas está reduciendo drásticamente el número de personas dispuestas a trabajar en el campo.

Rollins relató que durante su visita a un tambo en Kansas, que ordeña 20.000 vacas al día (equiv. a unos 7,3 millones de litros de leche por mes), los responsables señalaron que no pueden duplicar su producción sin trabajadores adicionales.

En estados como Mississippi, varios productores reconocieron que han dejado de contratar personal indocumentado por miedo a sanciones, reduciendo así su capacidad operativa.

Las redadas de la Patrulla Fronteriza cerca de Bakersfield, California, generaron ausentismo masivo en las cuadrillas de cosecha de cítricos, con reportes de hasta un 75% del personal sin presentarse a trabajar. Para organizaciones como Nisei Farmers League, el miedo -alimentado por desinformación en redes sociales- está paralizando comunidades agrícolas.

"Las redes sociales contribuyen a crear miedo innecesario", denunció John Boelts, presidente de la Oficina Agrícola de Arizona, quien también cultiva hortalizas en la región de Yuma, cerca de la frontera con México. Según él, incluso cuando los operativos apuntan a criminales peligrosos, la comunidad agrícola entera reacciona con pánico.

Boelts explicó que el programa de visas H-2A, aunque útil, tiene costos elevados que rondan los 30 dólares por hora (equiv. a más de 27.000 pesos argentinos), debido a la extensa normativa federal.

"El sistema actual es costoso, lento e irrealista para el productor promedio", resumió Rollins. Por eso, el equipo de Trump trabaja en alternativas legales más viables, como revisar el status de quienes ya están en el país con permisos temporales o reformar integralmente el H-2A.

"Estamos en proceso de definir los detalles, pero el presidente está comprometido con encontrar soluciones reales para nuestros productores", dijo Rollins, dejando abierta la puerta a una política más pragmática hacia la inmigración rural, al menos en este frente.

Con la cosecha de frutas, verduras y cítricos en marcha en California y Arizona, el tiempo apremia. La gran pregunta es si los cambios llegarán a tiempo para salvar la campaña... o si los campos de EE.UU. seguirán produciendo menos por falta de manos que los trabajen.

Agrolatam.com