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Trigo con buen clima, pero sin reformas de fondo: Argentina perderá protagonismo exportador pese a la mejora productiva

La Bolsa de Cereales presentó las proyecciones de la campaña fina 2025/26 con señales alentadoras en lo productivo, pero advirtió que sin cambios estructurales el país seguirá cediendo terreno en el comercio global de trigo y cebada.

La Bolsa de Cereales de Buenos Aires lanzó oficialmente la Campaña Fina 2025/26 con las primeras estimaciones para trigo y cebada. El informe muestra una recuperación del área sembrada, impulsada por un clima favorable y menores costos de producción, pero también remarca un punto crítico: Argentina sigue perdiendo participación en el comercio global por falta de competitividad estructural.

Según las proyecciones, el trigo alcanzará una superficie sembrada de 6,7 millones de hectáreas, con una producción estimada de 20,5 millones de toneladas. La cebada, por su parte, cubrirá 1,3 millones de hectáreas y generará unas 5,1 millones de toneladas.

El escenario climático se presenta alentador. Las lluvias acumuladas en los últimos meses permitieron recomponer el perfil hídrico de los suelos, lo que facilitará el arranque de la siembra. Además, la ecuación insumo-producto ha mejorado por la baja en los costos, aunque el precio del trigo aún se ubica un 5% por debajo del promedio de las últimas cinco campañas.

Durante el lanzamiento, Maximiliano Moreno (Fundación INAI) advirtió sobre un escenario internacional volátil y tenso, con foco en los conflictos arancelarios entre EE.UU. y China. De prolongarse, estas tensiones podrían reconfigurar los flujos globales de comercio agroindustrial, abriendo riesgos pero también oportunidades para países como Argentina.

Ramiro Costa, Gerente de Estudios Económicos de la Bolsa, alertó que los stocks globales de trigo están en mínimos históricos y que se espera que el consumo mundial vuelva a superar la producción en 2025/26. Sin embargo, Brasil -principal destino del trigo argentino- anticipa una buena cosecha local, lo que podría limitar sus importaciones.

A pesar de los buenos pronósticos productivos, Argentina mantiene su volumen exportable de trigo estancado en 10 millones de toneladas anuales desde hace una década. En ese mismo período, otros competidores globales han incrementado su participación.

"La falta de reformas estructurales, especialmente en materia impositiva, logística e incentivos a la inversión, ha limitado el crecimiento del sector", explicó Costa. Aunque destacó avances recientes como la salida del cepo, la unificación cambiaria y la desburocratización, enfatizó que aún resta trabajar en profundidad sobre la carga tributaria para fomentar el desarrollo agroindustrial.

Aporte económico y exportaciones

El informe también puso en cifras el aporte económico de las cadenas de trigo y cebada: se estima un valor agregado de 4.723 millones de dólares, un 31% más que en la campaña anterior. Asimismo, las exportaciones proyectadas crecerían un 15%, alcanzando los 4.225 millones de dólares.

El balance es claro: Argentina tiene potencial para crecer, pero necesita un entorno más competitivo. Sin reformas de fondo, la mejora productiva no será suficiente para recuperar el terreno perdido en los mercados internacionales. 

Agrolatam.com