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Semana Santa en vilo: escasez de pescado y un conflicto que deja al mar en silencio

Más de 100 barcos pesqueros amarrados y plantas sin materia prima: el conflicto entre el gremio y el sector pesquero amenaza con dejar las góndolas sin pescado justo en Semana Santa. La industria advierte pérdidas millonarias y alerta sobre el abastecimiento.

 Justo en la semana más simbólica del calendario católico, un conflicto sin resolución sacude al corazón de la industria pesquera argentina. A un mes de paralización total, más de 100 barcos permanecen sin zarpar desde puertos clave como Puerto Madryn, Comodoro Rivadavia, Puerto Deseado y Ushuaia. El motivo: un enfrentamiento entre el Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU) y las principales cámaras del sector por un convenio salarial que quedó congelado en el tiempo.

Lo que comenzó como un reclamo sobre la pesca de langostinos, derivó en un freno generalizado que afectó también a especies de alto consumo en Semana Santa, como la merluza. Según datos oficiales, la recolección de merluza hubbsi cayó un 16,5% en el primer trimestre de 2025 respecto al mismo período del año pasado, con bajas de hasta el 67% en zonas como Ushuaia.

El convenio colectivo en disputa fue firmado en 2005 y establece un esquema de pagos que hoy, según las cámaras empresariales, resulta inviable: salarios millonarios para marineros frente a una rentabilidad negativa del 21% por marea. "En 2025, el valor real del langostino ronda los u$s 5,5 por kilo, pero el acuerdo se basa en un valor histórico de u$s 12/kg", explican desde la Cámara Argentina Patagónica de Industrias Pesqueras (Capip).

El panorama se agrava por el contexto económico. El sector, que emplea a unas 46.000 personas, enfrenta una presión fiscal elevada, altos costos en dólares y precios internacionales en baja. En 2024, las exportaciones pesqueras generaron u$s 1.981 millones, de los cuales más del 52% correspondieron al langostino. Pero la falta de actividad ya implica pérdidas estimadas en más de u$s 150 millones.

El impacto ya llegó a los consumidores. Supermercados y distribuidores reportan faltantes y aumentos de precios. "Lo que hoy hay en góndolas es stock. Las plantas están paradas y no hay pescado para cortar", advirtió Eduardo Boiero, presidente de Capeca. La escasez se empieza a notar: mientras los congelados mantienen variedad, las góndolas de productos frescos presentan signos de desabastecimiento.

¿Semana Santa sin pescado?

La situación pone en jaque una de las tradiciones más arraigadas de Semana Santa: el consumo de pescado como sustituto de la carne. En medio de la abstinencia religiosa, el consumidor argentino podría enfrentar una escena inédita: góndolas vacías justo cuando más demanda hay.

El sector pide diálogo urgente. "Hay que sacarse los guantes y sentarse a negociar", resumió Boiero. Mientras tanto, las pérdidas se acumulan, el conflicto se profundiza y la incertidumbre crece. En Argentina, hasta el pescado se volvió un lujo... y Semana Santa, otro capítulo del viacrucis económico.

Agrolatam.com