Crisis de combustible en Bolivia pone en jaque la cosecha de soja y afecta la producción agropecuaria
El desabastecimiento de diésel en Santa Cruz amenaza la cosecha de soja, maíz y sorgo, impactando toda la cadena alimentaria.
El sector agrícola de Bolivia enfrenta un escenario crítico. La escasez de combustible, que se agrava día a día en Santa Cruz, está comenzando a afectar seriamente la capacidad de los productores para cosechar sus cultivos. Esta crisis golpea a un país donde la agricultura se ha convertido en un pilar fundamental de la economía.
El problema radica en la caída de las reservas de divisas en la última década y la disminución de la producción local de gas, lo que ha generado largas filas en las estaciones de servicio y ha puesto en jaque al gobierno de Luis Arce, que mantiene los precios del combustible subsidiados.
"Si no hay combustible, los productores se endeudarán aún más", advirtió Joel Eizaguirre, productor de soja en la región de Santa Cruz, el principal polo agroindustrial de Bolivia. "Muchos van a verse obligados a tomar otras decisiones y eso afectará a todos", agregó.
Por su parte, Jaime Fernando Hernández, gerente de la Asociación Nacional de Productores de Oleaginosas y Trigo (ANAPO), alertó que la falta de diésel para la maquinaria agrícola podría provocar pérdidas masivas de cultivos clave como soja, maíz y sorgo.
"El impacto en la productividad y la producción de alimentos puede ser verdaderamente catastrófico", afirmó Hernández.
Si no se logran soluciones urgentes, el efecto podría trasladarse rápidamente a otras industrias esenciales, afectando la producción de carne vacuna, pollo, leche y huevos, con un impacto directo en el abastecimiento interno y los precios.
Bajo una creciente presión por la crisis del dólar y el desabastecimiento de combustible, el gobierno boliviano ha tomado medidas para facilitar las importaciones. Entre ellas, permitió a la estatal YPFB utilizar criptomonedas para pagar cargamentos de combustible y saldar deudas con proveedores.
Aun así, para los productores, las soluciones no son suficientes. Eizaguirre expresó que, ante la falta de diésel, preferiría pagar un precio más alto por litro, en lugar de quedarse sin combustible para la cosecha.
"Preferiría pagar el combustible a 11 bolivianos que no tener suficiente para cosechar el grano o sembrar en la próxima campaña de invierno", enfatizó.
A medida que el desabastecimiento avanza y las soluciones se dilatan, la incertidumbre crece en el sector agropecuario boliviano, poniendo en jaque no solo a los productores, sino a toda la cadena alimentaria del país.