Las perspectivas del sector vitivinícola en Mendoza para 2025: un panorama desafiante
Con una cosecha récord, pero precios en descenso, el sector vitivinícola enfrenta retos en el mercado interno y externo.
La cosecha de uvas en Mendoza en 2024 ha alcanzado cifras récord, con un aumento del 46% en la producción, lo que ha impulsado la elaboración de vinos, que creció un 21%. Sin embargo, a pesar de esta mayor producción, las ventas no han experimentado un aumento significativo. En el mercado interno, la venta de vinos se mantuvo estable, pero con una notable caída del 20% en los espumosos. En el mercado externo, las exportaciones crecieron solo un 4%, con un leve incremento en la venta de graneles.
El panorama en cuanto a los precios es igualmente preocupante. En el mercado interno, los precios de los vinos comunes aumentaron levemente por encima de la inflación, pero los varietales y espumosos experimentaron caídas. En el mercado internacional, los precios de los vinos varietales se mantuvieron estables en dólares, pero al ajustarlos por la inflación en pesos, la tendencia fue negativa, reflejando una disminución en las ganancias para los productores.
El panorama para 2025 no se presenta alentador. Aunque se espera una cosecha un 9% mayor, los precios de las uvas y los vinos seguirían siendo bajos. Esto se debe en gran parte a un contexto económico complicado, tanto a nivel local como global. La recuperación del poder adquisitivo en el mercado interno podría ayudar a incrementar las ventas de vino, pero el mercado externo, con un dólar barato y una baja en el consumo mundial de vinos, complica las expectativas para las exportaciones.
Los productores de uvas, que en 2024 vieron una caída en los precios de sus productos de hasta un 14%, enfrentan un futuro incierto. Se estima que los precios de la uva seguirán descendiendo, especialmente en las variedades más comunes. Para 2025, las bodegas podrían seguir ofreciendo los mismos precios que el año pasado, aunque con plazos más largos para su pago, lo que pone aún más presión sobre la rentabilidad de los productores.
En resumen, el sector vitivinícola de Mendoza atraviesa un momento de complejidad, con una mayor producción, pero con precios que no reflejan el esfuerzo invertido. La incertidumbre global y las dificultades internas se suman a los desafíos que el sector deberá enfrentar en 2025. Las perspectivas no son favorables, y el mercado podría seguir presionando a los productores hacia un futuro de precios bajos y mayores dificultades económicas.