La Agricultura Peruana Rompe Récords sin Necesitar Subsidios: Un Desempeño Sobresaliente en 2024
La agricultura peruana continúa demostrando su capacidad para crecer de manera sostenida y significativa sin depender de subsidios ni tratamientos tributarios diferenciados
Según los últimos informes del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) y el Banco Central de Reserva. En 2024, la producción agropecuaria creció un impresionante 4,9% en términos reales, con un incremento del 6,8% en la producción agrícola específicamente, alcanzando un total superior a los S/33.000 millones, lo que convierte a este año en el mejor de la historia para el sector.
El sector agrícola, a pesar de las turbulencias económicas en años recientes, ha logrado mantener una trayectoria de crecimiento. Las exportaciones agropecuarias llegaron a los US$11.174 millones, superando en un 24% el récord anterior registrado en 2023, que había sido un año de recesión. Este resultado es una clara muestra de que la agricultura peruana no solo ha mantenido su competitividad, sino que también ha logrado posicionarse como un motor clave de la economía nacional.
Desde el 2020, el sector ha experimentado un crecimiento promedio anual del 3,4% en términos reales, y sus exportaciones han aumentado más del 13% anual en dólares. Estos logros se producen a pesar de la eliminación de los privilegios tributarios que el sector gozaba hasta esa fecha, como la tasa preferencial del impuesto a la renta de 15%, mucho más baja que el 30% que pagan otros sectores. A pesar de estas restricciones, la agricultura peruana ha prosperado, demostrando que no requiere de subsidios ni incentivos fiscales para seguir adelante.
Sin embargo, en el Congreso peruano circula un proyecto de ley que busca restituir estos privilegios tributarios. El ministro de Economía, José Salardi, ha declarado que tales incentivos son "promoción pura". Desde este espacio, se cuestiona si esta política es realmente necesaria, especialmente considerando el crecimiento que ha tenido el sector sin estos beneficios fiscales.
Es importante reconocer que el crecimiento del sector agrícola no ha sido producto exclusivo de los incentivos fiscales, sino que ha sido el resultado de una serie de factores estructurales, como la apertura comercial, el respeto a los contratos y la libertad cambiaria. Estas políticas han favorecido la competitividad del sector, permitiendo que los productores peruanos puedan expandir sus mercados internacionales y seguir siendo rentables, incluso sin la intervención estatal.
A lo largo de los últimos 30 años, el sector agrícola ha crecido gracias a la competitividad, no a los subsidios. Si bien la tasa preferencial de impuesto a la renta ha servido para aumentar la capitalización de las empresas, también ha reducido las oportunidades laborales que el sector podría haber creado. En este sentido, se plantea que, en lugar de restaurar los beneficios fiscales, el Congreso debería fomentar políticas que promuevan el crecimiento inclusivo y sostenible, priorizando el empleo y la productividad.
La agricultura peruana sigue consolidándose como un pilar clave de la economía nacional, sin necesidad de subsidios ni preferencias fiscales. Con un mercado cada vez más globalizado y un crecimiento sostenido, el sector ha demostrado que puede seguir siendo competitivo y rentable por mérito propio. Por lo tanto, se plantea que la mejor política pública sería continuar con la apertura comercial, el respeto a las normas y la autonomía económica, sin recurrir a subsidios que solo incrementan el costo para el fisco.
En conclusión, el Congreso debe reflexionar sobre el impacto real de volver a otorgar privilegios tributarios al sector agrícola, y en su lugar, apostar por políticas más equilibradas que favorezcan el desarrollo económico sin distorsionar el mercado.