EEUU

La sequía complica las cosechas y la ganadería en el sur de Texas, EEUU

Este año, nuevamente, los agricultores y ganaderos del sur de Texas enfrentan desafíos severos debido a la sequía prolongada que afecta la región, y que ya lleva tres años consecutivos complicando la producción agrícola y ganadera.

Según el último informe del monitor de sequía de Texas, solo el 23% del estado está libre de estrés hídrico, y un 6% se encuentra en una sequía excepcional (D4), mientras que un 34% sigue afectado por condiciones de sequedad anormal.

En áreas clave, como Fort Stockton, donde Sarah McKenzie, una productora de ganado de cuarta generación, ha experimentado una caída drástica en las precipitaciones, con solo tres pulgadas de lluvia el último año, muy por debajo del promedio de 10-12 pulgadas anuales. Esta falta de lluvia ha obligado a los productores a encontrar soluciones creativas para mantener a flote sus operaciones.

Uno de los ajustes más significativos que McKenzie ha implementado es el traslado de un tercio de su hato de ganado a la región de Lubbock, en el Panhandle de Texas. Aunque esta es solo una solución temporal, la estrategia ha ayudado a aligerar la presión sobre los suministros de forraje. Además, McKenzie destaca el valor de las líneas genéticas de su ganado Black Angus, adaptadas al clima árido, lo que les ha permitido evitar la venta de más animales de los necesarios, a pesar de las condiciones extremas.

Por su parte, el mercado de toros no ha mostrado una disminución significativa, y la familia McKenzie sigue optimista en cuanto a la demanda para su próxima venta de toros, a pesar de las dificultades de la sequía.

La siembra de maíz también se ha visto afectada por la sequía. Colin Chopelas, un agricultor de maíz, algodón y sorgo, expresó que la temporada de siembra comenzó con temperaturas cálidas de entre 80 y 90 °F, pero una ola de frío repentina ha detenido la siembra. Aunque el maíz comenzó a emerger, la helada lo dañó gravemente, y ahora Chopelas se enfrenta a la incertidumbre sobre el futuro de su cosecha de maíz.

A pesar de este desafío, Chopelas se mantiene optimista, destacando que una lluvia significativa podría salvar la temporada. Sin embargo, la preocupación por el clima seco que podría continuar en marzo pone en duda la viabilidad de la siembra de algodón, lo que probablemente resultará en más reclamaciones de seguros por cultivos no sembrados.

El panorama es incierto para los agricultores y ganaderos del sur de Texas, que dependen de un clima favorable para sus cosechas y ganado. Aunque las expectativas de lluvia siempre son altas, los productores enfrentan condiciones extremadamente secas que podrían afectar negativamente tanto la producción de maíz como de ganado, generando una tensión adicional sobre las finanzas del sector agrícola.

Sin embargo, tanto McKenzie como Chopelas coinciden en que la clave está en la resiliencia y en que una buena lluvia podría cambiar drásticamente el panorama, recordando que el clima puede ser impredecible, pero sigue siendo la esperanza para una cosecha exitosa. 

Agrolatam.com