Gremiales

Sancor: un futuro incierto tras la crisis financiera y los despidos masivos

La emblemática cooperativa láctea argentina Sancor atraviesa una difícil etapa que parece no tener fin

En su apogeo, la empresa procesaba más de tres millones de litros de leche diarios en 14 plantas industriales; sin embargo, actualmente apenas alcanza los 200.000 litros por día, distribuídos en seis plantas. A esta drástica caída en su producción se le suman los despidos masivos: al menos 500 de los 1.300 empleados que aún mantenían su puesto recibieron esta semana cartas de despido.

El mensaje recibido por los trabajadores expresa: "Por razones de fuerza mayor ajenas a la voluntad de la compañía, que son de público conocimiento, prescindimos de sus servicios a partir del día de la fecha (Art. 247 LCT) Indemnizaciones, liquidación final y certificados de trabajo - CFR Art. 247- a su disposición en términos de ley. Conste".

Este giro en la empresa marca una nueva etapa, tras años de dificultades financieras que han deteriorado su viabilidad. A mediados de 2024, luego de un prolongado conflicto con el sindicato Atilra, que resultó en la paralización total de la producción durante diez meses, ambas partes alcanzaron una tregua. Sin embargo, recientes informaciones indican que la firma comenzó a "fraccionar" el pago de salarios, mientras que muchos empleados estaban en modalidad de "jornada libre", recibiendo solo el 70% de su sueldo.

La situación se ha complicado aún más con la pérdida de confianza por parte de proveedores y posibles acreedores. Muchos tamberos que abastecían a Sancor han decidido desvincularse de la cooperativa, redirigiendo su producción a empresas competidoras, incluidas poderosas multinacionales como la francesa Savencia.

Fuentes cercanas a la empresa confirmaron que los despidos afectaron a aquellos trabajadores que llevaban años con jornadas reducidas y sin tareas fijas. Aseguran que esta medida es el primer paso hacia la recuperación financiera de Sancor, que necesita reestructurarse para continuar operando.

Los conflictos laborales no son nuevos: desde finales de 2023 hasta mediados de 2024, la empresa sufrió una serie de desacuerdos con el sindicato de trabajadores dirigido por Héctor Ponce. Una de las alternativas planteadas fue la creación de un fideicomiso para garantizar los fondos necesarios, pero la propuesta fue impugnada por Atilra, quien denunció posibles desvíos de fondos, lo que terminó afectando la viabilidad financiera de Sancor.

A pesar de los bloqueos y las tensiones internas, algunos trabajadores decidieron reactivar las plantas para no perder sus fuentes de empleo. Los empleados que continuaron trabajando no fueron despedidos y recibieron la totalidad de sus salarios. Sin embargo, para aquellos que no estuvieron en funciones, ya sea por los paros o la disminución en el suministro de materia prima, se implementó un programa de pagos temporales que ahora llega a su fin con la terminación de sus contratos.

En este contexto, Sancor encara un futuro incierto, con una estructura de personal reducida, pero alineada a la realidad productiva de la cooperativa. La empresa buscará atraer inversiones que le permitan recuperarse y estabilizarse en un mercado lácteo cada vez más competitivo.