"Donald Trump asume su segundo mandato con un enfoque en energía, inmigración y relaciones comerciales"
En su regreso a la Casa Blanca, Trump prioriza la independencia energética, políticas de inmigración más estrictas y un enfoque negociador con China.
Su ceremonia de investidura marca precedentes históricos, mientras los mercados y líderes globales observan las primeras decisiones ejecutivas de su administración.
Donald Trump asumió como el 47º presidente de Estados Unidos, prometiendo iniciar su segundo mandato con un enfoque estratégico en energía, inmigración y comercio internacional. Durante su ceremonia de investidura, que se llevó a cabo en un espacio cerrado debido a las bajas temperaturas, Trump delineó los principios que regirán su administración.
Órdenes ejecutivas anticipadasSe espera que Trump firme una serie de decretos en sus primeros días en el cargo, centrados en:
Energía: Declaración de una emergencia energética nacional, expansión de perforaciones en el Ártico y Alaska, y desregulación de proyectos de infraestructura.Inmigración: Restablecimiento de políticas como "Permanecer en México", designación de cárteles como organizaciones terroristas y fin de la política de "captura y liberación".Reforma gubernamental: Cambios en las normativas de contratación y despido en el sector público, así como revisiones en políticas de diversidad e inclusión.
Relaciones con China: un enfoque negociadorEn un cambio de estrategia, Trump no impondrá nuevos aranceles a China en sus primeros días, priorizando el diálogo con el presidente Xi Jinping. Este enfoque busca renegociar acuerdos comerciales y abordar temas clave como la crisis del fentanilo.
La ceremonia contó con la presencia de figuras internacionales como Carlos Slim, el empresario más rico de México, y líderes mundiales como Javier Milei y Nayib Bukele. No obstante, la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum no asistió, lo que marca tensiones iniciales en la relación bilateral.
Con un enfoque en desregulación y políticas proteccionistas, Trump busca fortalecer la economía estadounidense. Sin embargo, las posibles implicaciones en el comercio global, los derechos humanos y la sostenibilidad energética generan incertidumbre tanto dentro como fuera del país.