Comercio exterior

Brasil en crisis: el colapso económico que pone en riesgo a la región

En los últimos tres meses de 2024, el país perdió más de USD 42.000 millones en reservas internacionales, en medio de una depreciación del real y una escalada de su deuda pública que ya duplica el PBI argentino.

Brasil, el socio comercial más importante de Argentina y la mayor economía de Sudamérica, atraviesa una de sus peores crisis económicas en décadas. 

Este deterioro, descrito como un círculo vicioso por la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), genera efectos directos en la economía argentina y amenaza con profundizar los desequilibrios en el mercado regional de commodities, particularmente en productos como la soja y el maíz.

EL REAL, EN SU PEOR MOMENTO

El real brasileño fue la moneda con peor desempeño frente al dólar durante 2024, registrando una depreciación del 27,4%. Este desplome, agravado en los últimos meses del año, obligó al Banco Central de Brasil (BCB) a intervenir masivamente en el mercado cambiario, vendiendo USD 42.316 millones en un intento de frenar una devaluación mayor.

Sin embargo, estas intervenciones no lograron restablecer la confianza en los mercados ni contener la presión inflacionaria, que escaló junto con las tasas de interés. El debilitamiento del real, además, aumentó la competitividad de los productos brasileños en el mercado internacional, poniendo en desventaja a sus competidores regionales, incluida Argentina.

FACTORES DE LA CRISIS

Según un informe de la BCR, varios elementos explican la magnitud de la crisis brasileña. Entre ellos, destacan:

Desaceleración global: La menor demanda de materias primas, debido al enfriamiento de las economías de Estados Unidos y China, impactó directamente en el comercio exterior brasileño, que depende en gran medida de productos primarios.Déficit fiscal creciente: El aumento del gasto público, que en 2024 alcanzó el mayor crecimiento interanual desde 2010, superó ampliamente los ingresos. El gasto social, particularmente el programa Bolsa Familia, se sextuplicó entre 2021 y 2024, sumando presión a las cuentas públicas.Dudas políticas: La salida de Roberto Campos Neto de la presidencia del Banco Central generó incertidumbre en los mercados. Su sucesor, Gabriel Galípolo, designado por el presidente Lula da Silva, es visto como más proclive a políticas monetarias expansivas que podrían contradecir las expectativas de los inversores.

LA DEUDA, UN PESO INSOSTENIBLE

La deuda soberana brasileña alcanzó en noviembre de 2024 un stock de 7,2 billones de reales (aproximadamente USD 1,3 billones), un monto sin precedentes que genera una carga desproporcionada sobre las cuentas públicas. Según la BCR, el 83% del déficit fiscal se explica por el pago de intereses de esta deuda, gran parte de la cual está indexada a la tasa Selic.

Este mecanismo amplifica el problema: a medida que el Banco Central aumenta las tasas para combatir la inflación, también se incrementan los intereses de la deuda, profundizando el déficit fiscal y alimentando la desconfianza en el real.

RELEVANCIA REGIONAL

Para Argentina, la situación económica de Brasil tiene implicancias profundas. Como principal cliente comercial, cualquier deterioro en el poder adquisitivo brasileño afecta directamente las exportaciones argentinas, especialmente de productos industriales y agrícolas.

En el mercado de granos, la crisis del real genera una presión adicional. Con una cosecha récord prevista para 2025, Brasil podría inundar los mercados internacionales con productos más baratos, reduciendo los precios globales y complicando la competitividad de los productores argentinos.

Además, la estabilidad financiera de Brasil es clave para la región. Un mayor deterioro podría desencadenar salidas de capitales, volatilidad cambiaria y efectos de contagio en otras economías sudamericanas.

SIN UNA SALIDA CLARA

Pese a las intervenciones del Banco Central y los anuncios del ministro de Economía, Fernando Haddad, las medidas adoptadas hasta ahora no han convencido a los mercados. Un reciente ajuste en el impuesto a los ingresos aumentó las dudas sobre la capacidad del gobierno para controlar el gasto, mientras las reservas internacionales continúan cayendo.

En este escenario, la confianza en Brasil depende de su capacidad para implementar reformas estructurales que estabilicen sus cuentas fiscales y refuercen la autonomía del Banco Central. Sin embargo, el contexto político, marcado por tensiones internas y un desgaste en la popularidad del gobierno de Lula, dificulta un consenso sobre las medidas necesarias.

ARGENTINA, EN ALERTA

La crisis brasileña representa un riesgo significativo para Argentina en 2025. Con una economía frágil y una fuerte dependencia de su vecino del norte, los efectos del colapso brasileño podrían sentirse rápidamente en el comercio, la industria y el mercado cambiario local.

Mientras tanto, los analistas advierten que el camino hacia la recuperación de Brasil será largo y lleno de incertidumbres, con potenciales repercusiones para toda la región.