Ricardo Uribe: el pionero que llevó el aguacate Hass colombiano al mundo
Hace 25 años, sembrar aguacates Hass en Colombia era una idea descabellada. Sin embargo, Ricardo Uribe y su padre, Luis Carlos Uribe, se atrevieron a desafiar las reglas establecidas de la agricultura.
Hoy, esa apuesta arriesgada se ha convertido en Cartama, el mayor exportador de aguacate Hass del país, con proyecciones de exportaciones por 80 millones de dólares para 2024 y un impacto transformador en el sector agropecuario nacional.
En el año 2000, Colombia no tenía ni un solo árbol de aguacate Hass. Fue entonces cuando Ricardo Uribe decidió plantar el primero en un terreno de 10 hectáreas en Rionegro, Antioquia. La idea parecía un experimento con pocas posibilidades de éxito: nadie había cultivado esta variedad en el trópico. "Nos decían que íbamos a terminar vendiendo aguacates en un semáforo", recuerda Uribe, quien respondía con humor: "Sí, pero en un semáforo de Londres". Y así fue: el primer cargamento de exportación de Cartama llegó al Reino Unido.
Hoy, Cartama cuenta con más de 700,000 árboles en 6,000 hectáreas distribuidas en Antioquia, Caldas y Risaralda, generando empleo para más de 2,000 personas. La empresa provee aguacates a cadenas internacionales como Chipotle, en Estados Unidos, y lidera la innovación agrícola en el país.
La calidad y exigencias de los mercados internacionales llevaron a Cartama a desarrollar tecnología de punta. La empresa creó Avolab, un laboratorio de agricultura de precisión, único en su tipo en Colombia, que utiliza un cromatógrafo importado para garantizar que los aguacates cumplan con los estándares químicos de Estados Unidos, Europa y Asia.
Además, Cartama construyó una planta empacadora equipada con inteligencia artificial, capaz de tomar 150 fotos por fruta en tiempo real para detectar daños o imperfecciones, asegurando que solo las mejores piezas lleguen a los mercados internacionales.
Los inicios no fueron fáciles. "Los primeros 15 años fueron una exploración", dice Uribe. Entre errores, como plantar en terrenos demasiado húmedos o usar demasiada materia orgánica, aprendieron las condiciones ideales para que el Hass floreciera en el trópico. Viajes a México, Chile e Israel le permitieron a Uribe adaptar las mejores prácticas globales al contexto colombiano.
La persistencia y la fe fueron claves para superar las frustraciones iniciales. Hoy, Cartama no solo exporta aguacates, sino que también protege el medio ambiente con certificaciones como Rainforest Alliance, que garantiza que el 30% de sus áreas sean bosques nativos.
Ricardo Uribe tiene metas ambiciosas: una nueva planta de producción en 2025 permitirá a Cartama aumentar sus exportaciones a 120,000 toneladas anuales para 2029. Sin embargo, su filosofía se mantiene simple: combinar innovación, pasión y sostenibilidad para seguir liderando en el mercado global.
Este visionario paisa no solo transformó el sector agropecuario colombiano, sino que también inspira con su historia de perseverancia y fe. Desde un terreno en Rionegro hasta los mercados más exigentes del mundo, Uribe demuestra que las ideas más locas pueden cambiar la realidad.