Economia

Carne porcina: crecimiento moderado y alerta por Importaciones

Según un informe de la Secretaria de Agricultura y Ganadería la producción de carne porcina entre enero y septiembre de 2024 alcanzó las 587.044 toneladas (res con hueso), un incremento del 3,1 % respecto al mismo período de 2023.

 Este aumento refleja un desempeño positivo con fluctuaciones interanuales: destacan crecimientos en abril (13,1 %) y julio (18,9 %), aunque septiembre marcó una caída del 4,4 %.

Importaciones:El volumen importado cayó un 34 % en comparación interanual, totalizando 9.684 toneladas en el período. Sin embargo, desde julio, se evidenció un aumento significativo mes a mes, alcanzando un 118 % en septiembre respecto al mes anterior. Este crecimiento podría estar relacionado con la pérdida de competitividad del precio interno debido al atraso cambiario.

Exportaciones:Las exportaciones subieron un 35 % interanual, alcanzando 11.359 toneladas al cierre de septiembre. Aunque se observaron fluctuaciones mensuales, el sector mantiene una tendencia positiva, consolidándose como un actor clave para el mercado externo.

Consumo Interno:El consumo per cápita anual mostró un leve crecimiento del 0,3 %, alcanzando 16,76 kg por habitante. Este dato contrasta con la caída del consumo de carne bovina (-11,4 %) y aviar (-2 %), subrayando la estabilidad del sector porcino frente a la competencia.

Precio del Cerdo:El precio del cerdo en Argentina promedió 1,68 USD/kg en septiembre, mientras que en Brasil fue de 1,51 USD/kg. La diferencia podría estar afectando la competitividad del sector, especialmente frente a las importaciones.

Conclusiones:El sector porcino muestra señales de estabilidad en consumo interno y crecimiento en exportaciones, pero enfrenta desafíos como el aumento de las importaciones y la necesidad de ajustar la competitividad del precio. Las expectativas apuntan a un análisis cuidadoso del tipo de cambio y su impacto en la rentabilidad y el mercado interno, donde se destina el 98 % de la producción.

Este informe plantea la pregunta clave: ¿Cómo garantizar un precio que mantenga la rentabilidad sin afectar el consumo? La respuesta será determinante para la sostenibilidad del sector porcino argentino.