Brasil ajusta su estrategia: impacto en las exportaciones de aceite usado y biodiésel
Las nuevas políticas internas y el aumento de los mandatos de mezcla de biodiésel en Brasil podrían limitar la disponibilidad de aceite de cocina usado (UCO) para exportación, afectando el mercado global de biocombustibles.
Brasil enfrenta presiones internas y cambios regulatorios que podrían redefinir su posición como exportador de aceite de cocina usado (UCO) y aceite de soja, pilares clave en la producción de biocombustibles.
El país tiene previsto aumentar el requisito de mezcla de biodiésel al 14% (B14) en 2024, con proyecciones de alcanzar el 15% en 2025, el nivel más alto de su historia. Este incremento responde a su ambición de priorizar la producción interna de biodiésel, lo que reducirá significativamente los volúmenes de aceite de soja disponibles para exportación.
En 2024, el aceite de soja representó el 73% de las materias primas utilizadas para biodiésel en Brasil, una cifra que sigue creciendo a medida que el consumo interno se dispara. La producción de biodiésel de enero a junio alcanzó los 4.200 millones de litros, un aumento del 27% respecto al mismo período de 2023.
Entre 2023 y 2024, las exportaciones brasileñas de aceite de soja cayeron un 22,2%, a pesar del aumento en la producción. Según analistas, si no se mejora la capacidad de molienda de soja ni se diversifican las fuentes de materia prima, Brasil podría dejar de exportar aceite de soja en pocos años.
El aceite de cocina usado (UCO), del cual Brasil es un importante proveedor, también enfrenta desafíos. La priorización del biodiésel en el mercado interno podría reducir la disponibilidad de UCO para exportación, afectando particularmente a mercados como Estados Unidos, donde las importaciones de este insumo han crecido gracias a políticas favorables sobre biocombustibles.
Además de los mandatos de mezcla, el gobierno brasileño implementó cambios impositivos que complican las exportaciones de granos y oleaginosas, aumentando los costos para los exportadores y tensando aún más el mercado.
Estos cambios en las políticas internas de Brasil están reconfigurando su rol en el mercado mundial de biocombustibles, priorizando la demanda interna de biodiésel por encima de las exportaciones. Este enfoque podría tener un impacto significativo en la disponibilidad de aceite de cocina usado y aceite de soja en mercados internacionales, marcando un giro estratégico en la industria brasileña.