Un productor sobrevive a 140.000 voltios: una historia de milagro y supervivencia
En un episodio que desafía toda lógica, el agricultor JP Koop, de 58 años, sobrevivió milagrosamente tras un accidente con una picadora de maíz envuelta en llamas y electrocutada por 140.000 voltios.
El incidente ocurrió el pasado 12 de septiembre de 2024, en la granja Lucky 7 Dairy, ubicada en el condado de Missaukee, Michigan.
Un día normal que terminó en tragediaEl día comenzó con condiciones ideales para la cosecha en los 3000 acres de maíz verde de la granja. Koop y su equipo realizaron una reunión de seguridad y una oración antes de iniciar la jornada. Sin embargo, mientras operaba la picadora de forraje cerca de una línea eléctrica a unos 4,20 metros de altura, la máquina entró en contacto con los cables, generando una explosión masiva que encendió las llantas en llamas y envolvió la maquinaria en una lluvia de chispas.
Un salto hacia la vida
Con las llamas devorando la cosechadora y el peligro de electrocutarse en el suelo, Koop tomó una decisión extrema: saltó desde una plataforma metálica de 3 metros de altura hacia las hileras de maíz cortado. Al aterrizar, sintió cómo la electricidad recorría su cuerpo, dejándolo incapaz de mantenerse en pie. Sin embargo, impulsado por la adrenalina, logró gatear unos 6 metros para escapar del área electrificada antes de desplomarse en una zanja.
Milagro sin heridas
Contra todo pronóstico, Koop no sufrió heridas graves ni quemaduras. Fue trasladado a un hospital, donde los médicos confirmaron su estado milagroso. "Debería haber muerto", declaró Koop, quien asegura que la Providencia divina lo protegió durante el accidente. Incluso los trabajadores de la compañía eléctrica, acostumbrados a estos eventos, quedaron sorprendidos: "Nunca habíamos visto a alguien salir ileso de un accidente de este tipo."
Conciencia sobre la seguridad
Tras el accidente, Koop ha convertido la seguridad agrícola en una prioridad absoluta. "Ahora sé dónde están todos los cables eléctricos en todo momento," afirmó. Además, utiliza su experiencia para concienciar sobre los riesgos en la actividad agrícola y para compartir su fe en lo que él llama la "Providencia de Dios."
Un testimonio de vida
Koop volvió al trabajo solo dos días después del accidente, decidido a contar su historia como un testimonio de fe y esperanza. "Durante el resto de mi vida, utilizaré esto para hablar sobre cómo Dios me protegió," concluyó. Su relato no solo pone en perspectiva los peligros del trabajo agrícola, sino también la capacidad del ser humano para enfrentar lo imposible y sobrevivir.