Liderazgo de Trump divide opiniones en América Latina: Temores y expectativas ante un posible regreso
El posible retorno de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos en 2025 ha generado reacciones mixtas en América Latina.
Mientras algunos líderes celebran la afinidad política, la mayoría de los gobiernos de la región lo consideran "catastrófico" para la estabilidad democrática y las relaciones diplomáticas.
Para líderes como Luiz Inácio Lula da Silva, Gustavo Petro y Gabriel Boric, un segundo mandato de Trump significa una amenaza a las políticas de multilateralismo y a las iniciativas contra el cambio climático, temas fundamentales en sus agendas. El presidente de Brasil, Lula, expresó abiertamente su apoyo a la candidata demócrata Kamala Harris, argumentando que su victoria sería "más segura para la democracia en Estados Unidos".
Por otro lado, líderes como Javier Milei en Argentina y Nayib Bukele en El Salvador ven en Trump un aliado político. Sin embargo, analistas advierten que la afinidad ideológica no garantiza apoyo económico ni acuerdos de cooperación concretos. Como señala una fuente del gobierno brasileño, "una cosa es la sintonía política, y otra, muy diferente, son los beneficios reales".
En Venezuela, Cuba y Nicaragua, el regreso de Trump genera temor por la posibilidad de nuevas sanciones y presiones. En el caso de Venezuela, algunos analistas sugieren que Trump podría buscar un acuerdo basado en intereses petroleros, mientras otros creen que el republicano intensificaría la presión contra el gobierno de Maduro.
La relación entre Trump y Claudia Sheinbaum, la probable sucesora de AMLO en México, podría ser tensa, especialmente en temas de migración, drogas y comercio. El plan de deportaciones masivas de Trump amenaza la estabilidad de los 11,7 millones de inmigrantes indocumentados en EE.UU., la mayoría de origen latinoamericano. Según Juan Tokatlian, vicerrector de la Universidad Torcuato Di Tella, Trump buscará mostrarse "duro ante la región" a través de políticas migratorias estrictas.
El regreso de Trump representa dos futuros posibles para América Latina, donde su influencia podría reconfigurar alianzas y estrategias geopolíticas. Mientras algunos ven oportunidades, otros se preparan para enfrentar los desafíos de un liderazgo que podría complicar aún más la agenda de cooperación y estabilidad en la región.