México refuerza la protección de su biodiversidad agrícola en la Bóveda del Fin del Mundo
México envía por novena ocasión semillas de maíz y trigo a la Bóveda Global de Semillas de Svalbard, un depósito ubicado cerca del Polo Norte, conocido como la "Bóveda del Fin del Mundo".
Este esfuerzo, liderado por el Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), tiene como objetivo preservar el patrimonio biocultural mexicano para las futuras generaciones.
La Bóveda Global de Semillas fue inaugurada en 2008 y se encuentra en la isla noruega de Svalbard, a más de 8 mil kilómetros de México. Este depósito, ubicado a 130 metros de profundidad y mantenido a -18 grados, está diseñado para resistir desastres naturales, actividad volcánica, terremotos e inundaciones. Con una colección de más de 1.3 millones de semillas de 5,500 especies provenientes de 89 bancos de genes de todo el mundo, esta "Arca de Noé vegetal" asegura la disponibilidad de recursos genéticos esenciales en caso de emergencias globales.
La reciente contribución mexicana completa el 90% de la colección de maíz y el 92% de la de trigo del CIMMYT en la Bóveda de Svalbard, consolidando a México como uno de los principales custodios de la biodiversidad agrícola mundial. Según Cristian Zavala, experto en germoplasma del CIMMYT, esta medida asegura que las semillas estén disponibles para la investigación, agricultura y educación a nivel global.
"Al resguardar esta diversidad como un bien global, México contribuye a la seguridad alimentaria de toda la humanidad," indicó Zavala.
Este respaldo es fundamental para enfrentar amenazas crecientes como el cambio climático, la pérdida de biodiversidad y la inestabilidad social. Además, el CIMMYT reafirma que, en caso de perderse esta diversidad genética, solo bancos como Svalbard podrán devolverla a sus países de origen.
Una misión de gran alcance
Este noveno envío de semillas mexicanas a Svalbard es un acto de responsabilidad colectiva y un recordatorio del compromiso global por la biodiversidad. Aproximadamente 50 personas participaron en la preparación y envío, resaltando la magnitud de este esfuerzo. A través de esta acción, México contribuye al bienestar global y a la resiliencia de los sistemas alimentarios ante los desafíos futuros, reafirmando que la conservación de la biodiversidad agrícola es esencial para un planeta más seguro y sustentable.