Ganadería bajo presión: Pérdidas en feedlots y caída de precios en el novillo
Las operaciones de engorde están atravesando un momento crítico. Según la Cámara Argentina de Feedlot, las pérdidas promedio por animal alcanzan los $80.472, equivalente a 41 kilos de novillo
El último remate de ROSGAN, Nro. 185, arrojó un valor de referencia para el ternero de $2.561,26, reflejando un incremento nominal del 3,3% respecto a agosto. Sin embargo, en términos reales ajustados por inflación, el valor actual presenta un retraso del 5% respecto a 2023 y del 15% frente a septiembre de 2022.
Las operaciones de engorde están atravesando un momento crítico. Según la Cámara Argentina de Feedlot, las pérdidas promedio por animal alcanzan los $80.472, equivalente a 41 kilos de novillo. Este resultado empeora la situación del sector, que ya había registrado pérdidas menores en meses anteriores. A pesar de una leve mejora en la relación novillo-maíz, el fortalecimiento estacional del ternero afecta negativamente al novillo, debilitado en términos de valor.
En el mercado de consumo, los datos publicados por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME) indican que la participación del productor en el precio final de venta cayó un 13,4% en agosto. Al mismo tiempo, los agroalimentos multiplicaron su valor por 3,2 desde su origen en el campo hasta llegar a las góndolas. Los productos frutihortícolas, en particular, registraron un aumento significativo al multiplicar su valor por 4,1 veces, mientras que los productos de origen animal mantuvieron un nivel más estable.
El precio del novillo en el Mercado Agroganadero cayó un 4,6% durante las primeras semanas de septiembre, con un valor promedio de $1.862,39, reflejando una disminución significativa en términos nominales. A pesar de la reducción en la oferta, con un 14% menos de cabezas faenadas en lo que va del año, el valor del novillo sigue mostrando un retraso del 15% en comparación interanual.
Por su parte, el índice de precios al consumidor (IPC) aumentó un 4,2% en agosto, con una variación interanual del 236,7%. Estos datos subrayan un contexto inflacionario que afecta tanto a productores como a consumidores, limitando el poder adquisitivo y poniendo presión sobre los precios de la carne y otros productos básicos.