La cosecha de maíz en Texas avanza con desafíos climáticos y rendimientos variados
La cosecha de maíz en Texas está en pleno apogeo, con un 65% de la producción ya recolectada hasta la semana que finalizó el 25 de agosto,
según el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA). Este avance supera el promedio de cinco años, que es del 48%, y está por encima del 51% registrado el año pasado en la misma época.
A pesar del progreso en la recolección, solo el 41% del maíz en Texas se encuentra en buenas o excelentes condiciones, mientras que el 31% ha sido calificado como malo o muy malo. Las altas temperaturas, que en algunas regiones alcanzaron más de 5,5 °C por encima de lo normal, han impactado en el desarrollo del cultivo.
Según John Nielsen-Gammon, climatólogo de la Universidad Estatal de Texas, las zonas más afectadas por el calor no coinciden con las principales áreas de producción de maíz. Sin embargo, el último mes ha sido inusualmente seco, lo cual, si bien facilita la cosecha, también ha reducido la humedad necesaria para el crecimiento del maíz.
Los agricultores de Texas enfrentan serios desafíos. Cline Speer, un productor en Uvalde, ha lidiado con un déficit de lluvia por tercer año consecutivo. En su región, donde la precipitación anual promedio es de 430 mm, solo han recibido 230 mm este año. A pesar de contar con riego, Speer y otros agricultores están sujetos a severas restricciones hídricas, lo que ha reducido su capacidad de riego en un 30% a 50%. Como resultado, el rendimiento del maíz de regadío ha disminuido en un 20%, mientras que la producción de maíz de secano ha sido casi nula.
Travis Wanoreck, un agricultor del condado de Bee, terminó su cosecha de maíz el 6 de julio. A pesar de un inicio prometedor, la falta de lluvia afectó severamente el rendimiento. Aunque pudo regar, el agua disponible en su zona es salobre, lo que afecta la calidad del riego. Los rendimientos de su maíz de secano variaron entre 2,2 y 5,9 toneladas por hectárea, mientras que el maíz de regadío alcanzó entre 6,9 y 8,8 toneladas por hectárea.
En resumen, la cosecha de maíz en Texas avanza a buen ritmo, pero los desafíos climáticos y las condiciones extremas están afectando los rendimientos, dejando a los agricultores con expectativas inciertas para el resto de la temporada.