"Los aceiteros advierten que no resignarán derechos ni sueldos "
A casi una semana de iniciado el paro de los trabajadores y trabajadoras del sector agroexportador en todas las plantas del país, la secretaría de Trabajo fijó la tregua oficial.
La secretaría de Trabajo fijó conciliación obligatoria hasta el lunes 2 de septiembre en el conflicto paritario del gremio aceitero. Así se dispuso, a pocas horas de que la huelga cumpliera 7 jornadas, y a pedido de las cámaras empresarias Ciara, Ciavec y Carbio.
Es un dato significativo en la trama de la pulseada, ya que desde la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines (Ftciodyara) y el Sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros (SOEA) San Lorenzo le remarcaron a BAE Negocios "el gobierno pudo fijar la tregua de oficio y esperó el pedido empresario".
En el marco del plazo de 15 días hábiles para retomar las conversaciones tendrá su primera audiencia este miércoles a las 11 en la sede laboral del barrio de Congreso.
Respecto al "dejar correr la huelga" que derivó en cientos de camiones estacionados frente a las plantas cerealeras, como las pérdidas millonaria que remarcaron las agroexportadoras, tanto en fuentes sindicales como empresarias se consideró que, a diferencia del reciente conflicto de los Petroleros Privados -que incluía un paro que incidiría en el parate de Vaca Muerta y pérdidas en divisas-, para el complejo oleaginoso no hubo el mismo criterio para dictar la conciliación con mayor celeridad.
Allí aparece otro tópico ilustrativo: que las empleadoras cerealeras alientan una nueva devaluación. "Un mensaje sutil, pero un mensaje al fin" dijeron fuentes patronales.
Desde la federación y el SOEA remarcaron que la decisión del Gobierno "demostró por un lado que no nos negábamos a la mesa de negociaciones y también un accionar especulativo, que les permitió sacar otro tipo de beneficios a las empresas en su pulseada con el Gobierno, ajena a los trabajadores". Para sustanciar su mirada los sindicalistas expresaron que la misma actitud empresarial tuvo lugar en los conflictos de 2015 y 2020.
Daniel Yofra, secretario de la Ftciodyara, y Daniel Succi, titular del SOEA, refrendaron que la decisión gremial "es no entregar ni un sólo derecho, ni una sola necesidad de nuestras familias para que se incrementen las ganancias del capital. No aceptamos el ajuste que viene sufriendo la clase trabajadora argentina, y contra eso levantamos nuestra voz y hacemos uso de nuestra principal herramienta obrera: la huelga".
Un Salario Mínimo pero real
Ratificaron además la estrategia de negociar sus mejoras en virtud "de un verdadero Salario Mínimo" que garantice las necesidades que fija tanto la ley de Contrato de Trabajo (LCT) y la Constitución Nacional, a saber: alimentación adecuada, vivienda digna, educación, vestuario, asistencia sanitaria, transporte, esparcimiento, vacaciones y previsión. "Un salario fijado por las necesidades de los trabajadores y no por el mercado", acotaron.
Los sindicatos aceiteros denunciaron además que, sin perjuicio de algunas diferencias, el Gobierno y las empresas traccionan un concepto en común: "los salarios abundantes del sector". Recordaron así que en esta actividad que incluye el comercio exterior y las divisas, recién desde 2003 se negocian sueldos acordes a los ingresos de las compañías.
"Estamos reclamando $1.500.000 para el que ingresa a trabajar. ¿Cuánto ganan los gerentes, empresarios, los políticos que votaron las leyes antiobreras recientemente? ¿Cuánto ganan las multinacionales aceiteras que fugan del país el fruto de nuestro trabajo? ¿Ya no somos tan importantes como lo fuimos durante la pandemia, exponiéndonos y sufriendo la pérdida de compañeros?".
Al tiempo que destacaron el último plenario en San Lorenzo donde 250 delegados los mandataron para defender tanto el nivel de los salarios como las condiciones de labor.