El precio de la soja tuvo una caída de $5.000 por tonelada: qué pasó con el trigo y el maíz
El avance de la cosecha de trigo en Estados Unidos y las buenas condiciones de soja y maíz en el Medio Oeste continúan ejerciendo presión sobre los mercados.
En el mercado de granos local, los precios de la soja mostraron una leve caída con la oferta distando de lo pretendido por la parte vendedora. El precio abierto por la oleaginosa con entrega contractual cayó $5.000 por tonelada entre ruedas, llegando a $270.000 por tonelada. Esta condición se aplicó tanto para entregas contractuales como para fijaciones.
Para el trigo, la oferta por el tramo disponible también cayó $5.000 por tonelada entre jornadas, alcanzando los $220.000 por tonelada. La propuesta para la entrega contractual mejoró entre jornadas, ubicándose en $225.000 por tonelada. Para las descargas en agosto, el mejor valor ofrecido también fue de $225.000 por tonelada.
En cuanto al maíz, todos los compradores tradicionales pujaron por hacerse de mercadería, con ofertas que abarcaron desde entrega disponible hasta descargas durante septiembre. No obstante, los precios tendieron a caer entre jornadas. El precio abierto y generalizado por el cereal con entrega disponible fue de $145.000 por tonelada, $5.000 por tonelada por debajo de la jornada previa. Para la entrega contractual, la mejor oferta del día alcanzó los $150.000 por tonelada.
En el ámbito internacional, la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) reportó una nueva jornada bajista para los principales cultivos en Chicago. Los futuros de soja se desplomaron nuevamente, y el futuro de mayor volumen operado tocó un nuevo mínimo en más de tres años y medio. El maíz registró pérdidas en casi todos sus contratos, con el futuro de mayor volumen operado acercándose a mínimos desde 2020, debido a las condiciones favorables de los cultivos estadounidenses.
El trigo también cayó a medida que avanzaba la cosecha del cereal de invierno en Estados Unidos. El buen avance de la recolección en Estados Unidos y la mejora de las perspectivas de cosecha en Rusia crearon presión sobre la oferta, contrarrestando los temores a un descenso de la cosecha francesa.