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Países de la Unión Europea acordaron aumentar los aranceles a la importación de granos desde Rusia

La UE aumentará aranceles a la importación de granos desde Rusia y Bielorrusia a partir del 1° de julio, buscando frenar la exportación ilegal de cereales robados a Ucrania.

Los países miembros de la Unión Europea (UE) acordaron este jueves 30 de mayo elevar fuertemente los aranceles a la importación de productos agrícolas de Rusia, como el trigo, a partir del 1° de julio, anunció el comisario europeo de Comercio, Valdis Dombrovskis.

¿Granos robados a Ucrania?

La medida, lanzada en marzo por la Comisión Europea (el brazo ejecutivo de la UE), busca "detener la exportación ilegal de cereales robados a Ucrania" e impedir que Rusia "desestabilice el sector agrícola europeo", apuntó en la red X Dombrovskis.

Esta subida de los aranceles se aplicará también a la importación de productos agrícolas provenientes de Bielorrusia. En una nota, el Consejo de la UE indicó que a partir del 1 de julio aumentará aranceles "sobre cereales, semillas oleaginosas y productos derivados procedentes de Rusia y Bielorrusia".

Los aranceles se elevarán "hasta el punto de que en la práctica se detendrán las importaciones de estos productos", apuntó el comunicado.

Reacción rusa

Cuando en marzo la Comisión Europea anunció su intención de imponer aranceles elevados a la importación de productos agrícolas provenientes de Rusia, el gobierno ruso reaccionó airadamente. "Los consumidores europeos con toda seguridad van a sufrir", advirtió en esa oportunidad el vocero del gobierno ruso, Dmitri Peskov.

Quejas de Ucrania

Al conectarse mediante videoconferencia a una cumbre de dirigentes europeos a inicios de este año, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, se había quejado precisamente de este escenario. Pese a la guerra, los productos agrícolas rusos seguían teniendo acceso a los mercados europeos, al tiempo que los mismos productos de Ucrania enfrentaban restricciones.

A pesar de la guerra contra Ucrania, los productos agrícolas rusos seguían ingresando al mercado europeo por fuerza de normas acordadas en la Organización Mundial de Comercio (OMC), que determinan cuotas específicas.