Economia

Caída en el consumo interno de carne vacuna

El consumo per cápita, que se situó en 42,4 kilos por año, un 18,5% menos que en los primeros cuatro meses de 2023, cuando alcanzó los 52 kilos por habitante al año.

Leve mejora en abril, pero continúa la baja interanual

La actividad de la industria frigorífica vacuna en abril mostró una ligera mejora en comparación con marzo, aunque sigue siendo significativamente inferior a la del mismo mes del año anterior. 

La disminución interanual se debe principalmente a la liquidación de vientres provocada por la severa sequía de 2021-2023, que resultó en un menor número de vientres disponibles para preñar. Además, la falta de agua y alimento afectó negativamente los índices de preñez y parición, reduciendo la zafra de terneros en el año en curso.

En abril de 2024, se faenaron un total de 1,072 millones de cabezas de ganado vacuno. Durante el primer cuatrimestre del año, de enero a abril, 353 establecimientos faenaron 4,34 millones de cabezas, lo que representa una disminución del 8,1% en comparación con el mismo periodo del año anterior.

Impacto en el consumo interno de carne vacuna

El consumo aparente de carne vacuna en el primer cuatrimestre de 2024 fue de aproximadamente 663,4 mil toneladas res con hueso (tn r/c/h), lo que supone una caída del 17,5% respecto al mismo periodo del año pasado, una disminución de 141,1 mil toneladas r/c/h. Este descenso se refleja en el consumo per cápita, que se situó en 42,4 kilos por año, un 18,5% menos que en los primeros cuatro meses de 2023, cuando alcanzó los 52 kilos por habitante al año.

Perspectivas y desafíos

La industria frigorífica vacuna enfrenta un panorama complicado debido a las condiciones climáticas adversas y sus efectos prolongados en la producción ganadera. La menor oferta de ganado no solo impacta la producción de carne, sino también el consumo interno, que ha experimentado una notable disminución.

La leve mejora observada en abril ofrece una esperanza de recuperación, aunque el camino hacia la normalización del consumo interno y la producción ganadera aún presenta desafíos significativos. Los actores del sector deberán continuar adaptándose a las condiciones cambiantes y buscar estrategias para mitigar los efectos de las sequías pasadas y futuras, asegurando una oferta más estable y sostenible de carne vacuna para el mercado interno.