Trigo : Impuestos y competitividad productiva
La Sociedad Rural de Rosario dio a comunicar un informe que sostiene que la quita del impuesto país a los insumos agrícolas, así como a las retenciones al trigo, lograría disminuir costos y elevar ingresos respectivamente, aportando competitividad productiva,
La Sociedad Rural de Rosario dio a comunicar un informe elaborado por la Ing. Agr. Marianela De Emilio Magister en Agronegocios y Alimentos en el que hace mención a un completo informe sobre el cereal y que concluye con las ventajas que debería aprovechar para lograr una campaña exitosa
El trigo, uno de los tres cultivos más sembrados en Argentina, cereal de invierno por excelencia, atravesó múltiples complicaciones climáticas y de coyuntura. A pocos días de iniciar una nueva siembra, cambiar reglas de juego a favor de aportar competitividad productiva, es una alternativa a considerar, con el objetivo de potenciar el saldo exportable y por ende el ingreso de divisas al país.
Zonas agrícolas - oferta nacional de trigo y vulnerabilidad de sistemas productivos:
El territorio argentino cuenta con una vasta superficie agrícola, ubicada en el centro y norte del país. Algunas zonas tienen potencial para producir buenos rendimientos de los tres principales cultivos, trigo, soja y maíz, donde se da la competencia del suelo según mejor relación costo beneficio de cada cultivo. Así, en la zona centro-este del país (Norte de Bs As, Sur de Santa Fe, Sudeste de Córdoba y Entre Ríos), que aporta más de 36% de la producción nacional de trigo, compite por la ocupación de la tierra con cultivos de verano de única siembra, como soja de primera y maíz. Es frecuente que, ante malas condiciones agronómicas y/o de mercado, se posponga la siembra de trigo, priorizando la producción de cultivos de verano, por la mayor rentabilidad de estos últimos, recortando superficie de siembra y, por tanto, comprometiendo un tercio de oferta nacional de trigo, proveniente de esta zona. Por otro lado, hay zonas limitadas por el ambiente, donde el trigo es la principal fuente anual de ingresos, es el caso del centro y sur de la provincia de Buenos Aires, responsable de 45% de la producción nacional de trigo, mientras soja y maíz expresan rendimientos promedios a pobres, con un mínimo protagonismo en la producción nacional, de apenas 8,5% de la producción de soja y 11% del maíz. Esta zona, ante malos resultados económicos de trigo, dejaría sus sistemas productivos vulnerables, al punto de comprometer su continuidad en el corto plazo.
Escenarios hipotéticos - costos y renta del trigo y doble cultivo trigo/soja de segunda:
En el cuadro a continuación, se observan costos de implantación, labores (siembra y pulverización) e insumos (semillas, fitosanitarios y fertilizantes), del trigo y doble cultivo, trigo/soja de segunda, de acuerdo a un modelo productivo, cuyo objetivo es alcanzar 4 toneladas de rendimiento por hectárea de trigo y 3 de soja de segunda, para la zona centro este del país. Los márgenes (Ingreso bruto menos costos directos) y la rentabilidad (margen sobre costos directos) agrícola consideran un costo de alquiler de una cantidad fija de soja por hectárea, ya que más de 70% de la superficie agrícola nacional se realiza en campos alquilados bajo esta modalidad.
Se establecen a continuación un escenario real y tres escenarios hipotéticos de costos, márgenes y rentas en trigo y del doble cultivo trigo y soja de segunda.
En todos los escenarios planteados, I, II, III y IV, se proyecta un rendimiento de 4 toneladas de trigo por hectárea, 3 toneladas de soja de segunda, y un costo de alquiler de 16 quintales de soja por hectárea, la mitad de estos quintales pagados por trigo y la mitad por soja de segunda, a un precio de soja futura mayo 2025 al cierre del 19/04/2024.
El escenario I presenta costos de implantación según precios de mercado de insumos y labores actuales. El margen y renta se logran a los rendimientos planteados y precio de trigo futuro diciembre 2024 y soja mayo 2025 al cierre del 19/04/2024.
El escenario II simula costos de insumos descontando el IMPUESTO PAÍS del 17,5%, lo que resulta en menores costos de implantación tanto para trigo como para soja de segunda, los márgenes y rentas se obtienen con iguales precios que el escenario I. El escenario III considera quita de RETENCIONES al trigo, reflejándose en un aumento del 12% sobre el precio futuro diciembre 2024, lo que eleva el ingreso bruto en trigo. Por último, el escenario IV, combina la quita del IMPUESTO PAÍS y de RETENCIONES, bajando costos de implantación de trigo y soja de segunda, y elevando el ingreso bruto al trigo.
Se observa en el cuadro que los márgenes del escenario I y II son negativos para trigo, y logran volverse positivos solo en el doble cultivo trigo-soja de segunda, mientras los escenarios III y IV, logran márgenes positivos para trigo, mejorando a su vez los márgenes del doble cultivo. Lo mismo se observa con la rentabilidad de trigo y del doble cultivo trigo-soja de segunda. El impacto de la quita de RETENCIONES sobre el trigo, que solo afecta al margen de trigo, sin modificar el de soja de
segunda, es superior al de quita de IMPUESTO PAÍS a insumos agrícolas, que impactaría sobre el doble cultivo, trigo y soja de segunda.
Centrando el análisis sobre la rentabilidad, el escenario I, que representa el presupuesto actual que cada agricultor realiza para tomar decisiones de siembra o no siembra, ofrece 4% anual en Dólares, tasa que podría volverse negativa ante una baja internacional de precios del trigo y/o de la soja, así como frente a un recorte de rendimientos por debajo del supuesto en este escenario. El escenario II logra duplicar esta rentabilidad a 8%, mientras la quita de RETENCIONES al trigo logra 10% en el escenario III, y el doble efecto de quita de RETENCIONES al trigo y de IMPUESTO PAÍS a insumos, resulta en una rentabilidad del doble cultivo del 15%.
Si se considera que hay inversiones bursátiles de bajo riesgo, que ofrecen renta en Dólares superiores a las de cualquiera de estos cuatro escenarios, I, II, III y IV, no es difícil deducir que no hay incentivo a tomar riesgo en producción con las condiciones actuales, y que, un cambio de reglas de juego, como lo simulado en el escenario IV, apenas pondrían a competir inversiones productivas y financieras con beneficios semejantes, que aún no son suficientes para motivar la producción por encima de inversiones financieras, pero que logra seducir a inversores con vocación productiva.
Implicancias del trigo en la inversión del doble cultivo versus soja de primera:
Los costos de implantación de trigo representan casi 58% de la inversión total para desarrollar el doble cultivo, trigo-soja de segunda, es decir, en términos de inversión en insumos y labores, el trigo tracciona con mayor volumen de inversión que la soja de segunda. Otra implicancia es la época de esta inversión, ya que moviliza el mercado de insumos y labores a campo durante el otoño invierno, generando un flujo de dinero por bienes y servicios en el segundo trimestre del año.
Por último, la inversión necesaria para implantar trigo y soja de segunda, U$S 746 por hectárea, es más de 90% superior a la de soja de primera, U$S 391 por hectárea. Es importante poner esto en valor, considerando la mayor circulación de inversiones que el doble cultivo genera, y el mayor nivel de actividad económica que representa, en un momento en que la profundización de la recesión es una amenaza.
Evolución área de siembra y producción en últimas dos décadas, y proyección 24/25:
El gráfico muestra la pérdida de área de siembra y producción de trigo desde 2008 a 2015, años atravesados por retenciones del 23% a trigo. La superficie de siembra bajó en esos años desde 6 a un rango entre 3 y 5 millones de hectáreas, mientras la producción nacional bajó de 16 a un rango entre 8 y 15 millones de toneladas. Entre 2015 y 2021 se recuperó área de siembra, pasando a 6 y 7 millones de hectáreas, y se lograron cosechas récord que superaron 20 millones de toneladas.
La proyección de siembra para la actual campaña 24/25, replica la superficie del año pasado, 5,9 millones de hectáreas, según intención de siembra relevada a productores agrícolas por la Bolsa de Cereales de Buenos Aires. Los rendimientos proyectados para la 24/25, consideran las lluvias que recargaron el perfil de suelo de la superficie triguera del país, permitiendo simular un promedio nacional semejante al de la campaña récord 21/22, de casi 3,4 toneladas por hectárea, resultando en una proyección de producción nacional 24/25 de 20 millones de toneladas.
Evolución de volumen exportado e ingreso de divisas de última década, y proyección 24/25:
En el siguiente gráfico se observa la evolución de los últimos diez años del volumen de trigo producido y exportado (millones de toneladas), así como el ingreso de divisas al país por exportaciones de trigo argentino (millones de Dólares). La sequía que atravesó las últimas tres campañas agrícolas, recortó volumen de producción y exportaciones en dos de ellas. El recorte en volúmenes de exportación, resultó en recortes de la mitad o menos del ingreso de divisas al país.
La proyección de volumen a exportar en 2025, resulta de descontar a la producción 7 millones de toneladas para el mercado interno. El ingreso de divisas, resulta de multiplicar el potencial exportable, a un precio de exportación FOB sin cambios respecto a U$S 250/TN actuales. Se proyecta un ingreso de divisas superior a U$S 3.000 millones.
En el siguiente cuadro se simulan cuatro escenarios de superficie de siembra de trigo 24/25, considerando que un cambio en las reglas de juego, que impacten sobre la rentabilidad del trigo, motivará a cambios en la superficie destinada a la siembra de este cultivo.
En todos los escenarios se supone un rendimiento nacional promedio de 3,4 toneladas por hectáreas, un volumen de 7 millones de toneladas de producción destinado a consumo interno, y un precio de exportación FOB de U$S 250/TN. La variable de ajuste en cada escenario es la superficie de siembra, que resulta en mayor o menor volumen de trigo cosechado y exportado, así como mayor o menor ingreso de divisas al país (millones de U$S). Se calcula además el ingreso por retenciones del 12%.
El escenario II establece un recorte de área de siembra del 11%, considerando los márgenes y rentabilidad negativa de este cultivo, que llevaría a suspender la siembra de trigo, principalmente sobre un tercio del área triguera argentina, centro este del país, donde compite fuertemente el uso de suelo con los cultivos de verano de única siembra. Se observa para este escenario supuesto, menor volumen de cosecha y exportación, así como menor ingreso de divisas y retenciones. La disminución de ingreso de divisas se calcula en más de quinientos millones de Dólares, muy por encima del volumen de Dólares que generan las retenciones calculadas.
El escenario III supone un aumento de área de siembra del 11% respecto a la superficie establecida en el escenario I. El ingreso de divisas resultante del mayor volumen exportado, se acerca a U$S 4.000 millones, superado por el escenario IV, que simula una superficie de siembra igual a la de la campaña récord para trigo, la 21/22.
Los saltos de mayor ingreso de divisas por mayor exportación de trigo, superan con creces la proporción de Dólares retenidas por derechos de exportación al trigo. Sostener retenciones al trigo resulta en una amenaza potencial a menor superficie de siembra, que resultaría en un recorte de trigo exportable, cuya consecuencia es una disminución de ingreso de divisas al país, muy superior al volumen de Dólares que recaudaría el estado en concepto de retenciones.
Coyuntura internacional:
Argentina, proveedor de granos al mundo, podría estar en condiciones de suplir mayor volumen de trigo, ante complicaciones por conflictos bélicos en importantes zonas de comercialización triguera, desde grandes exportadores, zona del Mar Negro, hacia grandes importadores, zona del Mar Rojo. Disponer de cereal para suplir necesidades internacionales no solo es una oportunidad comercial, sino también da a la Argentina la oportunidad de intervenir y apaciguar momentos de crisis, por suspensión temporal de abastecimiento internacional de este cereal.
Conclusiones:
La quita del IMPUESTO PAÍS a los insumos agrícolas, así como la quita de RETENCIONES al trigo, lograría disminuir costos y elevar ingresos respectivamente, aportando competitividad productiva, tanto a zonas donde trigo es el principal cultivo del año, como donde el doble cultivo anual, trigo/soja de segunda compite con cultivos de verano.
La renta del doble cultivo podría competir con tasas de bajo riesgo ofrecidas por el mercado bursátil, y motivar a asumir riesgos para aumentar la producción nacional de granos.
Aumentar la circulación de inversiones en el agro, resultado de mayor superficie de siembra de doble cultivo anual, trigo-soja de segunda, elevaría el nivel de actividad económica en el corto plazo.
Mayor área de siembra de trigo, resulta en mayor potencial de exportaciones, cuyo mayor volumen de Dólares que ingresarían representa una ventaja muy superior al volumen de Dólares que ingresarían al país provenientes de una pequeña cosecha y pobre nivel de exportación.
Promover la competitividad económica en la producción agrícola, una de las actividades con mayor nivel de formalidad en el país, eleva en el corto plazo el nivel de ingresos fiscales, por impuesto a las ganancias y todo lo que resulta de balances positivos.
Por último, el protagonismo de Argentina como país exportador de trigo, podría aumentar ante circunstancias de conflictos internacionales, donde el cereal argentino se convierta en una fuente segura de alimentos frente a un contexto de crisis geopolítica.