La urgencia de eliminar las retenciones al trigo Argentino para recuperar competitividad internacional
Eliminar retenciones es vital para la competitividad del trigo argentino frente a la creciente presión de Rusia en los mercados globales
En un contexto global donde el trigo argentino enfrenta una competencia cada vez más feroz, especialmente por el avance de Rusia en los mercados internacionales, surge la necesidad imperiosa de eliminar las retenciones al trigo para devolverle competitividad al cereal argentino.
A lo largo de los años, Argentina ha experimentado altibajos significativos en su sector de exportación de trigo. Un claro ejemplo es el período 2011/12, cuando el país alcanzó un récord de exportaciones de más de 3 millones de toneladas, una cifra que no se había visto desde 2004/05. Sin embargo, este logro vino acompañado de una caída en el precio FOB de aproximadamente -100 US$/tonelada, absorbida enteramente por el productor debido al cierre de exportaciones impuesto por Guillermo Moreno, entonces secretario de Comercio.
La situación mostró una mejora sustancial entre 2016/17 y 2017/18, cuando se eliminaron completamente las retenciones y restricciones cuantitativas, una medida implementada al inicio de la gestión de Mauricio Macri. Esto permitió un uso más intensivo de fertilizantes, mejorando la calidad panadera del trigo argentino significativamente.
Sin embargo, a pesar de estas mejoras, el trigo argentino comenzó a perder terreno frente a competidores internacionales, especialmente Rusia. Los productores rusos, beneficiados por subsidios al transporte ferroviario y un intenso lobbying público, han logrado expandir significativamente sus exportaciones, que alcanzaron los 48 millones de toneladas en 2022/23. Además, el cambio climático ha permitido que el mar de Azov se congele menos durante el invierno, facilitando el transporte de trigo a los mercados internacionales.
En el ámbito latinoamericano, el trigo ruso ha encontrado un nicho en mercados como el norte de Brasil, Perú, México y Ecuador, ofreciendo una alternativa al trigo HRW y ejerciendo una presión adicional sobre el trigo argentino. A su vez, el aumento estratégico de la producción brasileña de trigo busca reducir las importaciones y mejorar la competencia con orígenes como Rusia.
Actualmente, el productor argentino enfrenta retenciones de 28 dólares por tonelada, comparado con los 35 dólares que paga su homólogo ruso. Sin embargo, el costo de producción en Argentina, particularmente en el sur de Santa Fe, es de 220 US$/t, significativamente más alto que el de un productor ruso en Krasnodar, que es de 135 US$/t.
La eliminación del 12% de retenciones al trigo no solo incrementaría la rentabilidad necesaria para los productores argentinos, permitiéndoles sembrar con mayor viabilidad económica este año, sino que también ofrecería al exportador argentino un margen de alivio significativo para competir en un mercado global dominado por orígenes sumamente agresivos.
Este ajuste en la política de retenciones es esencial para que el trigo argentino pueda recuperar su posición en el mercado global y enfrentar los desafíos impuestos por competidores estratégicos como Rusia y Brasil.