El auge de los biocombustibles en EE.UU. y su impacto en la exportación de soja Argentina
El impulso de Estados Unidos hacia la producción de biocombustibles, en particular el biodiesel, representa un desafío significativo para Argentina, el líder mundial en la exportación de harina de soja.
Esta situación surge de la creciente demanda de aceite de soja en EE.UU., una materia prima clave para la fabricación de biodiesel, que resultará en un excedente de harina de soja destinada a la exportación, aumentando la competencia en un mercado dominado por Argentina.
La administración Biden, con su plan de descarbonización y las subvenciones a la energía verde, está generando cambios tectónicos en los mercados agrícolas globales. Esta política no solo desafía la posición de Argentina como exportador líder de harina de soja sino que también afecta a su economía y agricultores, ya en competencia con Brasil, otra potencia agrícola.
Gustavo Idigoras, presidente de la cámara que representa a exportadores de soja y cereales (CIARA-CEC), expresó su preocupación sobre cómo competir en precio y mercado con el aumento de producción estadounidense, preguntando: "¿Qué haremos con nuestros 30 millones de toneladas de harina?".
Argentina ha sido líder en el comercio de harina de soja durante más de tres décadas, gracias a una combinación de abundantes excedentes de soja, incentivos fiscales y la proximidad de los puertos de exportación a las zonas agrícolas. Sin embargo, la expansión de la capacidad de procesamiento en EE.UU. para satisfacer la demanda interna de aceite vegetal plantea la pregunta de dónde encontrar un mercado para el excedente de harina producido.
Aaron Hanson, economista jefe de GlobalData Plc, señaló que Argentina podría verse forzada a exportar granos sin procesar en lugar de harina. Mientras tanto, el presidente Javier Milei enfrenta el desafío de revitalizar una economía con una inflación del 276%, dependiendo de la próxima cosecha para obtener los dólares de exportación necesarios para estabilizar el peso y la economía.
La harina de soja, que representa aproximadamente el 12% de las exportaciones totales de Argentina, se encuentra bajo presión no solo por la competencia de Brasil, que ha aumentado su propia producción de soja para biocombustibles, sino especialmente por EE.UU., donde se prevé un aumento récord en la capacidad de procesamiento y, por ende, en las exportaciones de harina de soja.
Este escenario sugiere que Argentina podría enfrentar una competencia cada vez mayor y posiblemente la necesidad de adaptarse a exportar más granos sin procesar. El impacto de los planes de EE.UU. de expandir su producción de biocombustibles pone de manifiesto la vulnerabilidad de Argentina ante los cambios en la política energética y agrícola global, especialmente en un momento de creciente demanda de energías renovables.
A pesar de los desafíos, el CEO de Bunge, Greg Heckman, aseguró el compromiso de su empresa con Argentina, destacando la importancia de la agricultura para el país y su competitividad continua en el mercado global. Este panorama complejo requiere que Argentina busque estrategias innovadoras para mantener su liderazgo en el mercado de la harina de soja frente a la creciente competencia internacional y los cambios en la dinámica del mercado de biocombustibles.