El ruralismo se solidariza con la ciudadanía de Rosario y sus inocentes víctimas
Confederaciones Rurales Argentinas dio a conocer un comunicado en el que expresa que azorados, estupefactos al contemplar la violencia salvaje y explícita que se transita por estas horas en la ciudad de Rosario, hacen llegar la más sincera y profunda solidaridad para con el pueblo rosarino.
Confederaciones Rurales Argentinas dio a conocer un comunicado en el que expresa que azorados, estupefactos al contemplar la violencia salvaje y explícita que se transita por estas horas en la ciudad de Rosario, hacen llegar la más sincera y profunda solidaridad para con el pueblo rosarino y en especial los familiares y amigos de aquellos inocentes que han resultado víctimas fatales de una escalada de violencia nunca vista.
Para Confederaciones Rurales Argentinas, con representación federal en todo el interior del país, la degradación que ha producido el narcotráfico, el nexo entre sectores políticos y la actividad ilícita, no resulta nuevo y con mayor o menor intensidad se viene reflejando desde largo tiempo, sobre todo en los centros urbanos más poblados
Sólo que ahora Rosario y alrededores muestran la deshumanización más salvaje, la transformación de hombres en bestias, capaces de matar inocentes al solo efecto de ?enviar mensajes' a las autoridades. ¿Cuánto se tiene que destruir la conciencia de un humano para transformarse en una cosa sin alma, sin sentimiento, sin emoción? Sin embargo, así estamos y todo habrá de agravarse si no se toman las decisiones que éste presente requiere.
Cuesta entender el silencio aturdidor de quienes dicen defender los derechos humanos, cuando se televisa el homicidio de un hombre común que solo está trabajando. Esa degradación moral, resulta intolerable.
Hoy es Rosario, pero luego será cada una de nuestras ciudades si no ponemos fin al dislate de mirar para otro lado, de creer que el narcotráfico se controla con mala policía, con pésima política, con cobardes o acomodaticios en la Justicia, es tiempo ya largo para decir basta.
¡Hoy, Todos somos Rosario!