Economía

Por los planes sociales y la inflación cada vez hay menos trabajadores en las cosechas argentinas

Mientras que en el Sur faltan cosechadores de uva para la industria vitivinícola, en la Mesopotamia, los "trabajadores golondrinas" se van a Brasil engañados por mafias de trata de personas.

Cítricos desperdiciados en los campos de Misiones por falta de mano de obra para recolectarlos.

Como ocurre en América del Norte con mafias que cruzan mexicanos y centroamericanos que buscan escapar de la miseria en los Estados Unidos en Misiones se desbarató una organización delictiva que llevaba engañados a varios cientos de cosechadores mesopotámicos a Brasil .

Fue el ministerio de Trabajo brasileño y la Policía de ese país los que advirtieron las maniobras que vacían de cosechadores los campos yerbateros y de cítricos de la provincia de Misiones al prometerles a varios de los denominados "trabajadores golondrinas" falsas ofertas de trabajo, vivienda y alimentación.

Al llegar a Brasil, la remuneración prometida no correspondía a lo realmente acordado, al igual que la promesa de vivienda.

"La inspección encontró a los trabajadores que vivían en alojamientos en condiciones precarias, hacinados, sin camas suficientes, durmiendo sobre colchones, tampoco hay suministro de agua corriente para bañarse y necesidades básicas en una de las casas, además de huecos en las paredes y riesgo de incendio por la precariedad de las instalaciones eléctricas", afirmó un vocero del gobierno de Lula da Silva.

Esta situación se produce no porque falte trabajo en suelo argentino sino porque las condiciones laborales y económicas de nuestro país empeoran día tras día al tiempo que la política asistencial del estado central no es adecuada para evitar el fomento "a no hacer nada" como explican varios dueños de campos que observan con tristeza como los frutos de sus plantaciones se pudren en el suelo por falta de cosechadores que quieran trabajar en blanco, o sea, debidamente registrados.

Eso no ocurre porque los cosechadores temen perder los planes sociales que han conseguido a lo largo de los últimos años a pesar de un decreto de Alberto Fernández que aseguró a los trabajadores eventuales que no perderán los beneficios sociales adquiridos en el pasado.

Una situación similar a la que sucede a cientos de kilómetros de Misiones. En Mendoza, la Vendimia podría ser opacada por la ausencia de recolectores de uva.

Entidades de productores y cooperativas cuyanos, han advertido que faltan cosechadores. Y la razón principal es la misma que aflige a los empresarios de Misiones, Corrientes y Entre Ríos. No hay trabajadores en nuestros campos porque "no quieren ser registrados en la cosecha temporaria por miedo a perder sus planes de empleos o subsidios familiares", dicen distintos referentes.

Varios relacionistas públicos de bodegas coinciden con los productores de limones y naranjas del noreste argentino. Explicaron que "la falta de cosechadores es un problema de todas las economías regionales. Antes del 2000, el trabajador golondrina viajaba desde el norte a la zona centro y sur y trabajaba siempre y siempre tenía trabajo y en blanco. Pero tras las crisis económicas del último cuarto de siglo, se ha ido quedando en su provincia y la mayoría accedió a un subsidio o plan nacional, provincial o municipal y ya no recorre largas distancias para recolectar la producción de nuestros campos."

Ricardo Rager de Misiones, que fue uno de los primeros en alertar por esta crisis y continúa advirtiendo a las nuevas autoridades nacionales acerca de lo que ocurre, afirmó a Noticias Argentinas: "Todos los que van a Brasil a trabajar lo hacen en negro, sin registrarse, y las autoridades en Argentina lo saben, Lo descubrieron los brasileros, acá nadie dice nada y después se rasgan las vestiduras al grito de ?tráfico de personas'".

La realidad es que muchos de los que fueron engañados a Brasil cobran beneficios sociales en la Argentina y pensaron en hacer un extra en Brasil pero trabajando en negro. Lamentablemente, fueron tratados como esclavos".

Autor : Antono D´eramo